ENTRE ROSAS Y ESPINAS

Vivir una existencia plena no significa la ausencia de dificultades, sino cómo elegimos transitar por esos momentos adversos. La vida se asemeja a un camino sembrado de rosas. Hermosas flores con una fragancia especial y una variedad de colores, cuyos tallos están cubiertos de grandes espinas que pueden lastimar.

“No es lo que nos pasa, sino lo que hacemos con lo que nos pasa”.

Basándonos en lo anterior, es inevitable vivir sin la pérdida de un ser querido, sin problemas, sin dolor, sin enfermar, etc. Muchos pueden ser los inconvenientes que se presenten, y solo la actitud con la que enfrentamos estos desafíos marcarán la diferencia. Este es el costo de vivir, por lo tanto, los duelos serán parte de la vida y solo nuestra capacidad de resiliencia evitará que queramos tirar la toalla.

Las situaciones adversas que nos sacuden son una invitación para salir de nuestra zona de confort. Si reparamos en las espinas de la rosa llamada metafóricamente existencia, debemos tomar con cuidado el tallo, pues un descuido puede herirnos. Cuando esto pasa, surge el dolor, pero lo interesante es no quedarse atrapado en el sufrimiento. Buda nos dejó un pensamiento maravilloso: “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”. Por esta razón, solo existen dos caminos que llevan a diferentes resultados. Vivir desde el dolor cuando algo inesperado sacude el alma o quedarse en un estado vulnerable de sufrimiento que no permite avanzar hasta convertirse en algo permanente.

Cabe destacar, al no sanar una herida emocional, puede afectar las relaciones con los demás. Si nos centramos en el dolor, descubrimos que algo no está bien y es un mensaje de alerta. Al entenderlo, podemos desarrollar estrategias y herramientas para sanar psicológicamente. Tal vez esto deje cicatrices emocionales que se convierten en aprendizaje. A partir de este instante, seremos capaces de apreciar la rosa que representa nuestras emociones y las espinas pueden tener diferentes significados: malas decisiones, obstáculos que aparecen, personas que dañan nuestro corazón y nos quedamos con un gran vacío.

Ante un escenario complicado, lo primero es respirar para oxigenar el cerebro y manejar los pensamientos negativos. Mediante el análisis, podemos construir un modelo de acción que se adapte a las necesidades y evaluar el resultado obtenido. Si por alguna razón no se logra lo que se esperaba, se debe cambiar de estrategia.

Las rosas tienen un simbolismo a través de sus colores: logran que nos sintamos amados, relajados y pueden influir en las emociones y el estado de ánimo. También generan alegría de recuerdos románticos y construyen un mensaje no verbal de sentimientos. Nos permiten sentir emociones positivas en acontecimientos especiales y cuando recibimos un ramo de rosas, estamos conscientes de que no durará para siempre. Esto nos habla del tiempo y de que la felicidad no es eterna, por lo que tenemos que situarnos en el presente y aprender a disfrutar cada momento de la vida.

Las espinas de un rosal mental manifiestan mecanismos de defensa que sirven para protegernos de emociones o pensamientos cuando el estado emocional se siente amenazado, logrando un equilibrio psicológico. También expresan la fortaleza que le dan al tallo y nos dejan una gran enseñanza sobre la vida. Sin embargo, pueden lastimar cuando no se toman buenas decisiones. Son un recordatorio constante de que la vida puede ser plena y gratificante, pero igualmente debemos estar preparados para el cambio.

Las rosas son parte de nuestra historia y ciclo de vida: nos acompañan en el nacimiento, en el romance y en la muerte. Simbolizan la alegría y la tristeza de una despedida. Están presentes en fragancias que nos conectan con los recuerdos. Son tan únicas que muchos compositores han encontrado en ellas una fuente de inspiración para su música.

El tema icónico de Alejandro Sanz, “Camino de rosas”… “Camino de rosas para quien lo sabe…Camino de espinas para quien llega tarde”. «La letra refleja la experiencia de alguien cautivado por la presencia de una persona, a tal punto que incluso olvida preguntar su nombre. La canción utiliza metáforas para describir el proceso de enamoramiento y la belleza que se encuentra en el camino hacia el conocimiento del otro». Las rosas simbolizan con su infinita belleza, la fragilidad del amor, y la importancia de cuidarlo.

El grupo musical La Oreja de Van Gogh y su tema “Rosas” que habla de esperar el amor romántico y que alguien llegue con mil rosas.

La emblemática banda española Mecano, que en la década de los 90 se escuchaba por todas partes con su canción “Una rosa es una rosa”… “Quise cortar la flor más tierna del rosal, pensando que de amor no me podría pinchar y mientras me pinchaba, me enseñó una cosa, que una rosa, es una rosa. Cuando abrí la mano y la dejé caer, rompieron a sangrar las llagas en mi piel, y con sus pétalos me la curó mimosa. Que una rosa, es una rosa”. «Es una metáfora poética que explora la complejidad del amor y sus consecuencias agridulces. La letra describe la experiencia de un amor que es a la vez irresistible y doloroso, comparando el acto de enamorarse con el de intentar cortar la flor más tierna de un rosal, solo para descubrir que inevitablemente, las espinas causan heridas. Y que los pétalos de las rosas curan las heridas, mostrando fortaleza, resiliencia y belleza».

Las rosas también han inspirado las letras de poetas y escritores. “Cultivo una rosa blanca” de José Martí, “La oración de las rosas” de Federico García Lorca, y la historia de amor incondicional de la rosa en El Principito de Antoine de Saint-Exupéry. Un libro excepcional que nos deja muchas enseñanzas, en particular la diferencia entre querer y amar, y cómo, mediante la empatía, buscar el bien y la felicidad del otro.

“La vida es como una rosa: cada pétalo es un sueño y cada espina es una realidad”,  Alfred de Musset.

Psicoterapeuta Raquel Estrada

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