EXPRESIONES Y ASCENSIÓN SEXUAL
- SEXUALIDAD
- mayo 2022
- Jaquelin Machado G.
COMPARTIR
Hablar de sexualidad es algo común, toda la gente lo hace, desde comentarios que van de encuentros casuales de sexo hasta temas específicos como lo son: la copulación, la homosexualidad, el orgasmo femenino y masculino, eyaculación precoz, frigidez, técnicas de seducción, la mejor edad para tener sexo, el sexo después de los 40 años, impotencia, orgasmos fingidos, lo que les gusta a los hombres, lo que les gusta a las mujeres, la infidelidad, chistes y bromas alrededor del sexo, la sexualidad de los casados, el desempeño sexual de los divorciados, los padres solteros, el sexo después de enviudar, la virginidad, el sexo en la tercera edad, acoso sexual, incesto, pornografía, las niñas “bien”, la bisexualidad, los adolescentes precoces, los temas tabú del sexo, el Kamasutra, el tantra, la sexualidad sagrada, el kundalini, las enfermedades de transmisión sexual, las perversiones, los instintos animales, los celos, la posesividad, las fantasías sexuales, cómo hacer gozar a una mujer y/o a un hombre, las prostitución, los gigolós, etc.
Pero, vivir la sexualidad verdaderamente, muy pocas personas lo hacen, la inmensa mayoría hablan acerca de las cosas que hacen respecto a su vida sexual, hablan de otras personas con juicios y críticas con relación a su comportamiento sexual, hablan de su “gran experiencia de vida sexual”. Sin embargo, al momento de accionar, viven una genitalidad que creen es sexualidad. Muchas veces damos por hecho que la sexualidad es sinónimo de genitalidad. No es así, la genitalidad es uno de los factores que están incluidos dentro de la sexualidad.
La palabra genitalidad proviene del vocablo griego “genos” que se utilizó para referir muchos aspectos de la sexualidad. La genitalidad, como aspecto de la sexualidad, solo abarca las características que incluyen la actividad de los órganos genitales de la mujer (vagina, pecho, nalgas) y del hombre (pene y nalgas) incluidas algunas caricias y besos. Cuando te manejas en este nivel, generalmente, haces mucho menos de lo que hablas e intervienen variables, en tus encuentros sexuales, sean casuales o no, tales como la sensación de vulnerabilidad, tus miedos a ser juzgado(a), tu miedo a la verdadera intimidad que no es precisamente enamoramiento, tus miedos a prolongar y profundizar en las caricias, la vagina no absorbe cálidamente al pene (esto sucede si vives tu sexualidad auténtica, libre y plena), más bien hay una penetración del pene a la vagina (porque accionas en la genitalidad), necesitas, por carencias en autoestima, en afectos y por ignorancia, “complacer y agradar” al otro(a), demandas excesiva atención, reclamas, condicionas, repeles, manipulas, sometes o eres sometido(a), huyes, la duración de tus encuentros sexuales es mínima, te sientes obligado a provocar un orgasmo a la mujer, no dejas que fluya solo, y, como mujer, si no logras que el hombre eyacule o tenga erección, sientes que no eres suficiente o que él no sirve como hombre, en fin, cuando piensas, hablas y accionas por genitalidad, tu vida sexual esta matizada por encuentros sexuales en los que siempre se presentan algunos, o todos estas aspectos: hay prisa, ansiedad, preocupación, complejos, cuestionamientos e insatisfacción.
Vivir la sexualidad, por otro lado, es tener la capacidad de entregarte en profundidad, en intensidad y con paciencia en un encuentro sexual, es acariciar y ser acariciado(a) sin prisa, con suavidad, provocando poco a poco la excitación que conlleva a la pasión, es tener un profundo respeto y veneración por el cuerpo, primero por el propio, para poder respetar a otro ser humano (no hablo de una veneración metrosexual ni tampoco excesivamente espiritual), es definitivamente, no sentir temor ni ansiedad ni obligación; es mirar hacia adentro de sí mismo(a), es compartirse en una danza de sensualidad, erotismo y pasión, y dar un salto al vacío rompiendo los límites represivos y los excesos. Es una forma de vida que toca todo lo que se realiza cotidianamente creando, co- creando y plasmando siempre fresca, presente y permanente.
La Sexualidad es un inmenso mar de misterios asombrosos. La piedra angular de la sexualidad eres tú con tu cuerpo físico y aunque suene obvio, ¿cuántas veces en tu vida lo tienes presente?
En el Universo, en términos sencillos, la vida se genera por el encuentro de dos fuerzas, que básicamente, contienen la energía femenina y la energía masculina. Así, si lo ves desde este punto de vista, la Sexualidad implica una Fuerza Vital poderosísima que en forma constante y permanente se está regenerando así misma en tiempo presente. ¿Qué se entiende por esto? Que la sexualidad está contenida en tu vida cotidiana y que no se reduce únicamente a genitalidad o acto físico para procreación y/o desahogo fisiológico. Si la sexualidad es Fuerza de Vida que se manifiesta todo el tiempo en forma constante, nosotros, tanto mujeres como hombres, a nivel celular y a nivel ADN llevamos contenida en una especie de «memoria» con toda la información de las mujeres y hombres que existieron, que existen y que existirán, entonces, se forma lo que se podría denominar inconsciente colectivo. Nosotros, como seres humanos manifestados en este mundo, poseemos un cuerpo que es un templo sagrado, ojo, no estoy hablando de templo en sentido religioso sino en términos de vida, entonces este cuerpo que es parte de nosotros, pero que a su vez no somos nosotros en la totalidad de un ser integral, es un templo sagrado, porque es la manifestación de la energía condensada en su forma más densa (para aclarar un poco esta expresión podemos recordar que la energía se puede manifestar en forma de gravedad, cohesión nuclear o electromagnetismo), provenimos del encuentro de dos fuerzas que contienen la energía femenina y la energía masculina.
Por ello es importante que seas consciente que la Sexualidad es una forma de vida más que un mero acto sexual. Ahora bien, el cuerpo es la piedra angular de la Sexualidad, la pregunta para ti es ¿cómo tratas a tu cuerpo? Cuando una persona se encuentra en armonía consigo misma, se dice que está perfectamente alineada y/o coagulada, es decir, esta persona piensa una cosa, la ama, la desea y va por ella. No obstante, esta alineación depende, en mayor medida, del nivel de consciencia que se tenga ya que, básicamente, los diferentes seres humanos nos interrelacionamos en los siguientes niveles:1. Consciencia Animal (dominio territorial). 2. Consciencia Infantil (los adultos roban la infancia a los niños). 3. Consciencia Romántica (los proyectos personales se truncan cuando las personas se casan).
Estos tres niveles de consciencia son siempre demandantes, es decir, yo pido que me quieras, yo pido que me ames, pido que llenes mi soledad, yo pido que me entretengas, yo pido que me complazcas, yo pido tu presencia para evadirme de algún modo de mí mismo(a). Pido para mí y no aporto, controlo, dependo, manipulo, chantajeo y así sucesivamente. En pocas palabras te condiciono mi entrega dependiendo de mi «ganancia» (emocional, psicoafectiva, material, sexual etc.,). A partir del cuarto nivel de consciencia, el ser humano adquiere el concepto del dar además de recibir. Son niveles de consciencia más elevados ya que se comprende la importancia de la Conexión de la Vida, de la relación de los eventos, las personas, las cosas, así como de las consecuencias de esa interrelación. El ser humano es consciente de que la Vida es Evolución constante, es Fuerza Vital, es decir, energía en movimiento y, por consiguiente, energía sexual en permanente creación. 4. Conciencia de Adulto (a este nivel hay dos tipos de Adulto: el adulto Explotador.- Este tipo de adulto sabe de la importancia del dar, pero da solo para su propio beneficio, se da cuenta de todas las implicaciones de sus actos, pero la manipula a un nivel muy sutil, pero más feroz como ejemplo la publicidad de artículos para generar un consumismo obsesivo de todo tipo de cosas que mantienen al ser humano cada vez más alejado de sí mismo. El otro tipo de adulto es el Generoso.- Este tipo de personas ubican la importancia del flujo del dar y recibir en términos tan sencillos como «Nada para mí que no sea para los otros», y otros tales como «Lo que doy, me lo doy lo que quito me lo quito»). 5. Consciencia Cósmica (a este nivel ya empezamos hablar en un sentido místico, más sublime en el cual la relación del ser humano consigo mismo y con otro en una entrega sexual lleva implicado el éxtasis).
Psic. Jaquelin Machado Garduño
Facebook: Sexualidad Mágica perfil Índigo y Desarrollo de Consciencia.