FRANCISCO BENJAMÍN ESTEBAN CARRIÓN MENA
Embajador de Ecuador en México
- EMBAJADOR
- mayo 2022
- Patricio Cortés
- Fotografía: Josué Cruz
COMPARTIR
En esta ocasión charlamos con el embajador ecuatoriano Francisco Benjamín Esteban Carrión Mena, quien asegura que las relaciones entre nuestros países “ahora más que nunca, están en un nivel de entendimiento, que no podrían ser mejores”.
Se trabaja para potencializarlas: “Los dos gobiernos están en un proceso de negociación de un tratado de libre comercio que permitirá que los bienes y la producción del Ecuador pueda ingresar a México y viceversa”.
Reconoce: “Ha sido difícil, como es usualmente, en la negociación de convenios de esta naturaleza. Obviamente ambos países defienden sus intereses, lo cual es entendible y hacer calzar esos intereses, hacer que coincidan con compensaciones de un lado o del otro en diferentes productos, no siempre es fácil; pero, en este caso, estamos cerca, estamos en la etapa final de este tratado, que tiene una consecuencia para Ecuador que es muy importante y es que, con este convenio, el Ecuador podría acceder a la Alianza del Pacífico, que a su vez, incorpora a Chile, Perú, Colombia, México y, eventualmente a Ecuador. Aparte de la importancia del comercio intrarregional, tiene la proyección hacia los países ribereños del Pacífico, pero del otro lado, es decir, de Asia”.
El principal producto de exportación ecuatoriano es el petróleo, por ello, pregunto por los beneficios que su incremento les ha acarreado, expone: “Ha traído cierto beneficio. Sucede, así como se elevan los precios del petróleo no refinado, el Ecuador tiene que importar, porque no tiene la capacidad de refinamiento, derivados del petróleo, gasolina o diésel. Entonces, sí hay un beneficio con el incremento de los precios del petróleo, pero tampoco es algo tan grande como quisiéramos que sea”.
Pasando a los principales desafíos del Ecuador, destaca: “Qué tiene por delante el Gobierno del presidente Lasso: 1) Rompió la hegemonía que tenía el partido del expresidente Correa. 2) Debe instaurar una nueva forma de hacer política, y 3) Estabilizar la institucionalidad del país. Son retos importantísimos que permitirán que la política en el Ecuador se estabilice, que no suceda lo que en otros países donde hay inestabilidad política y eso trae efectos muy negativos”. “El otro gran desafío que tiene Ecuador y el presidente Lasso es la lucha contra la corrupción. Esto hay que decirlo, en este Gobierno no ha habido casos de corrupción, sino que aún son de gobiernos anteriores, y lo que el presidente está haciendo, es dar libre juego a las instituciones encargadas de la investigación y del castigo de los hechos de corrupción que se han dado en los gobiernos anteriores”, añade.
Le solicitamos nos explique en qué consiste la nueva forma de hacer política: “Empezando por que no haya corrupción, eso ya es bastante; respetar la institucionalidad, que lamentablemente para el Ecuador has sido inestable, por decirlo de alguna manera, los últimos años y con respeto absoluto a los derechos humanos y a la democracia, que es el norte que se ha fijado el presidente Lasso. Esa es la voluntad que tiene su Gobierno, en materia de política interna. En política externa, es abrir el Ecuador al mundo y buscar que haya más mundo en el Ecuador y más de Ecuador en el mundo, de esa manera, obviamente, se beneficiará al sector económico, cultural, político, social, en todos los ámbitos”.
“El presidente Lasso tiene un talante de diálogo con casi todos los sectores. Hay unos sectores con los cuales le resulta muy difícil dialogar, porque no hay voluntad de diálogo, que son los menos. Este acercamiento le ha dado resultados muy satisfactorios. Uno de los ámbitos de los cuales ha tenido un excelente resultado, fue en el de la vacunación de la pandemia. Recibió del anterior gobierno una situación caótica en este ámbito y él había dicho que en 100 días vacunaría 9 millones de ecuatorianos y no sólo fueron 9, sino 10 millones, y lo que se pensaba que era una ilusión, se volvió una realidad. Ahora, obviamente, se tienen problemas de otro tipo, la situación económica no es la mejor, pero, a pesar de la oposición, va avanzando lentamente, no tan rápido como él quisiera en otros ámbitos, que se suma al de economía, las finanzas, en fin, el comercio a propósito, precisamente de la negociación del acuerdo con México”.
La crisis económica mundial, generada por la pandemia, no les es ajena: “El presidente Lasso pasó una ley bastante exigente, muy radical, diría yo, para captar recursos que permitan hacer frente a esta situación económica. Ha planteado renegociación de los contratos petroleros con China que es el principal comprador del petróleo ecuatoriano. En fin, varias medidas que permiten tener una mejor y mayor situación económica que permita a su vez la generación de puestos de trabajo, porque en el fondo, aquí de lo que se trata es de promover la generación de puestos de trabajo, esa es la solución al problema de cualquier país, mientras no haya trabajo para el pueblo, difícilmente habrá soluciones en todos los ámbitos”.
La guerra en Europa, también, genera problemas de este lado del planeta: “Esto afecta a todo el mundo, de una o de otra manera. Le pongo un ejemplo, Ecuador es un país productor de flores muy importante y uno de sus compradores más importantes es Rusia. La exportación de flores, por ejemplo, prácticamente se ha detenido por las dificultades que hay en el transporte aéreo. La exportación de banano, que es uno de los productos estrella del Ecuador, no solamente hacia Rusia, sino a otros países de Europa, también se ha visto afectado. Es decir, no hay duda que el comercio ha sufrido, y está sufriendo efectos negativos como resultado de la guerra entre Ucrania y Rusia”.
Los intentos de contención de la pandemia generaron crisis de suministros, por lo que Europa trabaja en compactar sus cadenas de valor, pregunto al diplomático si Latinoamérica, debería dirigirse a una mayor integración, glosa: “Usted dice una gran verdad, ese es el deber ser de las cosas, pero lamentablemente habría que dar pasos muy convincentes y serios para hacer lo que usted propone. Un ejemplo es precisamente el de la Alianza del Pacífico, la generación de un organismo internacional que no solamente genere un incremento en las ventas intrarregionales, sino que se proyecte hacia los países del Sudeste asiático”.
Añade: “Yo creo que a todos nos interesa y conviene. No hay duda de que hay afinidades de tipo histórico, cultural, idiomático, en fin, un sinnúmero de afinidades; pero, probablemente lo que ha faltado es la voluntad política de implementar esas propuestas, que ha habido varias, de integración latinoamericana. Ahora, después de que México ejerció la presidencia temporal de la CELAC y que le dio un verdadero empujón al sistema, ese podría ser un mecanismo idóneo para el relanzamiento de esta integración, que por lo pronto es más bien de un centro de concertación política, pero podría ir avanzando y adelantando en otros ámbitos que permitan que la vinculación entre los países de la región sea mucho más profunda”.
Pasando a la semblanza, la carrera de Francisco Benjamín Esteban Carrión Mena resulta más que admirable, ha sido canciller y embajador de su país ante la ONU, Washington y España. Sobre su ingreso a la diplomacia narra: “Casi diría que fue por convicción. Yo estudié Derecho en la Universidad y no puedo negar que hubo una influencia por parte de mi abuelo y de mi padre, sobre todo de mi abuelo, que también fue un hombre político y al mismo tiempo diplomático. Fueron un poco, un referente en la selección de esta profesión, llevo cerca de 40 años”.
De hecho, nuestro entrevistado es nieto de Benjamín Carrión, quien llegó a México como asilado político en la década de los 60, para después convertirse en embajador. Desarrolló gran amistad con muchos intelectuales de la época, incluso, hay una escultura de este personaje jugando ajedrez en la Plaza de la Santa Veracruz, en el Centro Histórico la Ciudad de México.
Sobre que lo caracteriza, el embajador destaca: “La vocación de servicio, sin duda, la solidaridad, la lucha contra la injusticia, la paz. Cuando yo participé directamente en el proceso de negociación de paz con El Perú, me dije a mí mismo, ese hecho de haber trabajado por la paz entre dos países hermanos como son Ecuador y Perú justificó mi elección de la diplomacia como profesión de vida”.
Sobre su trabajo como embajador el tema migratorio es de los más delicados: “Tenemos claro el problema común de la migración de los ecuatorianos que atraviesan México para ir a Estados Unidos, pero es un problema que abordamos de una manera ordenada y es muy difícil tener un control. Aquí hay personas absolutamente inescrupulosas que se aprovechan de la situación en la que están otros seres humanos buscando un mejor futuro para sus familias”.
“Yo se lo difícil, para México, que es ser vecino de Estados Unidos y manejar grupos muy grandes de centroamericanos a los que se añaden algunos ecuatorianos. Desde la embajada, tenemos una excelente relación con las organizaciones gubernamentales que se encargan de este tema y, con frecuencia, tenemos contactos para resolver los problemas que se van presentando. Ahora va a ir disminuyendo y esperamos a que desparezcan pronto estas situaciones que, tratándose de derechos humanos, son muy difíciles de resolver”, concluye.