REFORMA LABORAL INSERTA EN T-MEC Y EL JINETE SIN CABEZA
- REPORTE POLÍTICO
- julio 2022
- Juan Danell
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Quien lleva las riendas del Gobierno actual debe ver al sector productivo como aliado y a los trabajadores como el brazo laboral y capital humano más activos que tiene para enfrentar cualquier fase del modelo que se quiera llevar a cabo en concurso con los países no sólo del T-Mec, sino de otras partes del mundo. El gobierno debe mirar al futuro, con sus trabajadores, de por lo menos para los próximos 25 años, para tener una claridad de hacia dónde vamos. Los trabajadores no debemos ser rehenes de políticas de partidos y de ideologías equivocadas, para lograr un México fuerte y robusto que es lo que hoy necesitamos.
La reflexión es de Jorge Eduardo Martín del Campo, secretario general de la Federación Laboral de México, organización integrante del Congreso del Trabajo, durante una conversación sobre los ángeles y demonios de la Reforma Laboral.
La Reforma Laboral, precisa Martín del Campo, tomó por sorpresa al movimiento obrero mexicano en el sentido de que se esperaba una reforma menos inclusiva con los elementos necesarios de una gran reforma con la libertad sindical, el derecho de sindicación, la contratación colectiva, fortalecer los derechos humanos laborales y, algo muy importante, que es el sano ejercicio de la libertad sindical.
“Tomó por sorpresa al grueso del movimiento obrero mexicano, no porque no estuviéramos preparados, sino porque el país en sus estructuras no había tenido ese lubricante en las relaciones obrero-patronales para dinamizar lo que hoy se exige: el voto libre y secreto de las bases en la toma de decisiones.
“Celebro parte de la Reforma, primero porque incorpora un elemento poderoso en la vida de la toma de decisiones sindicales, que es la voluntad de los compañeros; segundo porque motiva una nueva era sindical, porque tenemos que gravitar en una nueva órbita gremial, donde se debe fortalecer las relaciones, de aportar, de tomar decisiones colegiadas, colectivas, y no por designación directa.
“Por otra parte el sector productivo del país pasa por momentos muy difíciles, dado las competencias internacionales, Asia fundamentalmente, la amenaza del mercado asiático es algo que ha agobiado durante los últimos 25 años a la industria nacional y hoy tenemos una oportunidad de renovación productiva, de lo cual los trabajadores mexicanos han acreditado no solo su talento y capacidad, sino su empeño y confianza en que México sea un país innovador y desde luego reconstruir la industria del sector productivo que tanto necesitamos para la generación de empleo productivos”.
En la relación trilateral (México, Estados Unidos y Canadá), ¿en qué posición está la legislación laboral mexicana respecto a las de los socios comerciales de México?
La legislación mexicana ha dado un paso delante de vanguardia y ha dejado muy atrás a la legislación americana y a la canadiense en materia de derechos del trabajo. Si hacemos un comparativo, vemos que la legislación mexicana va más adelante en brindar derechos y reconocimiento a la participación de los trabajadores desde la sindicación es una posición medular, mientras en Estados Unidos y en Canadá, la sindicación no es algo tan importante para la generación de empleos, o la política pública activa en los Estados Unidos.
“Aquí en México es trascendental, la reforma fue trasversal, atravesó toda la representación constitucional que tiene que ver con la vida de los trabajadores en todos sus aspectos, y en ello hay una presión que el Gobierno de la República no ha manejado con la firmeza debida para que Estados Unidos estandarice esas mismas disposiciones que hoy en el T-Mec se dispone para homologar criterios de carácter trilateral.
“México, sin duda está cargando un enorme costo de esta Reforma sin que se tengan los elementos suficientes para implementarla de inmediato o en el corto plazo, y no porque no exista voluntad, sino porque no existen los recursos suficientes y el personal jurídico responsable de las grandes conciliaciones para transmitir este nuevo espíritu al grueso de los trabajadores, mientras en Estados Unidos los sindicatos están en un partido político (el Demócrata específicamente) y tienen cláusulas, convenios, muy anclados en el marcaje que la Constitución de los Estados Unidos son los acuerdos con el Gobierno, con la Tesorería, con la Secretaría de Finanzas, en tanto el sistema de pensiones, en tanto la forma de contrataciones y el cobro de las cuotas, en fin. En Estados Unidos han convertido el instrumento sindical, en un carácter de partido, el Partido Demócrata, mientras en México se aleja a la sindicación, el activo sindical se aleja de la participación política, específicamente de los partidos políticos, que me parece sano”.
Todo esto va en el sentido de ajustar y homologar el funcionamiento y aplicación de la ley laboral entre México y sus socios del norte…
Totalmente correcto, el problema es que los Estados Unidos ha implementado mecanismos con los sindicatos para llevar a cabo las prácticas que exigen a México, específicamente en el Convenio 86 y l Convenio 98, no han desplegado por parte del Ministerio del Trabajo, ni tampoco los sindicatos han hecho un movimiento sustantivo que haga un antes y un después de la Reforma de la suscripción del T-Mec, mientras en México ha sido trasversal esta reforma laboral. Nosotros tenemos que entender un fenómeno que se esconde en el T-Mec, que son los sindicatos continentales, que la sindicación no aparece que es una sindicación para América Latina, no solamente para México, y quieren abrir la puerta, que ya está abierta prácticamente, para que los sindicatos intervengan más allá de sus fronteras.
“Esto es los sindicatos canadienses y los estadunidenses intervengan en la vida sindical de las empresas y sindicatos de otro país. Esto es la continentalización del sindicalismo y viene recio, pero viene bajo el esquema de los Estados Unidos que es aglutinador y es a través de los acuerdos comerciales de las empresas domiciliadas en los Estados Unidos que tengan los alcances del sindicato con las empresas domiciliadas fuera de los Estados Unidos, específicamente en México, después será Centroamérica y así consecutivamente.
“Esto, quiere decir que la principal masa que tenemos no es la Reforma, sino la forma tan experta que hemos hecho de la interpretación de ésta para permitir la injerencia de fuerzas ajenas al modelo económico, al modelo laboral, al modelo productivo al antipartidismo mexicano que nos ha venido a doblar, hoy tenemos que apelar al Convenio 154 para efectos de tener relaciones con los empleadores directamente, dejando al Gobierno quizás de lado para efectos de que las empresas puedan seguir fluyendo.
“No perdamos de vista que la industria nacional y la industria estadunidense es una industria de bloque, esto es; son grandes corporaciones, mientras la industria mexicana es una industria exitosamente familiar de familias mexicanas que han tenido que sortear un sinnúmero de incertidumbres de competencias en un mercado injusto, y con ellos los trabajadores.
“Hay un entusiasmo de los trabajadores por seguir en esta Reforma, pero también requerimos de un Gobierno sólido, pensando fundamentalmente en sectores productivos donde nosotros seamos estratégicos en la competencia. La industria mexicana tiene una gran capacidad de innovación y por otro lado la necesidad de tener un gobierno de la República que refuerce la protección social”.
¿En materia de seguridad social, la Reforma laboral será capaz de igualar los estándares de ésta en los tres países del T-Mec?
“La seguridad social se entiende lo que comprende el sector salud, el sector educación, la formación en el trabajo, la alimentación, lleva consigo un costo económico. Son derechos aspiracionales que se construyen con el concurso y la voluntad de los trabajadores y los empleadores, pero también con una gran educación del Gobierno por permitir que esto se vea como una inversión social y no como un gasto. Ahí estamos detenidos en este momento porque la protección social está recayendo fundamentalmente en los sectores productivos, los cuales están escamoteando como pueden su obligación y eso va en demérito de los beneficios sociales a los trabajadores”.
“Creo que el Gobierno de la República debe facilitar todos los recursos destinados a la seguridad social y todo aquello que implique un impacto directo en el salario y en los ingresos directos de los trabajadores, tenemos que pensar en ese tema, por un lado el derecho a la jubilación, el derecho a la salud, un conjunto de derechos que dan lustre a una nación, pero también un cúmulo de beneficios directos que robustezcan los ingresos de los trabajadores y sus familias, que hagan de sus familias activas en un entorno social necesario, como es reordenar el mercado de trabajo para efecto de que tengamos estados, todos, incluidos en estos beneficios y no entidades federativas muy segmentado como sucede el día de hoy. Que impactemos la inserción de los jóvenes en el mercado de trabajo con derechos sociales que no sean un costo para el sector privado y no impliquen para el Gobierno de esa visión financista de verlo como un gasto, se tiene ver como una inversión social”.
¿Dónde ves las debilidades de la Reforma Laboral en su inserción al T-Mec?
Tenemos una industria nacional que poco ha invertido en la automatización y en la innovación, que estuvo por años esperando el apoyo del Gobierno o la luz verde del Gobierno, o su alianza con el Gobierno, esto es la fusión público-privado, o la participación de apoyos financieros de gobierno para el desarrollo de la productividad, eso ya no puede seguir sucediendo como una debilidad que hoy nos deja a sectores productivos con ese sobresalto, con ese problema en el mediano plazo. La automatización lo veo como un reto que debemos de superar.
¿Y las fortalezas…?
Están en que tenemos sectores estratégicos en el país, que debemos saber aprovechar y con ellos hacer de la mano de obra un bono juvenil laboral que está habido de insertarse al mundo del trabajo. Y por otro lado tenemos un país enorme con una división geográfica que no se ha aprovechado de manera eficiente. Por ejemplo, Nayarit y Colima que no se han aprovechado de manera industrial, no obstante, los recursos naturales que tienen y talento acreditado. Que las industrias en el país se democraticen se estandarice y jalemos parejo a todos los trabajadores de los estados, sobre todo en este momento tan importante de la reconstrucción del país.
“Este es un gobierno de transición oxigenando la democracia, la transferencia. Pienso que no vamos a la velocidad que podríamos ir. Sí necesitamos un gran pacto nacional productivo donde los trabajadores firmamos, suscribimos nuestros compromisos por apoyar la política pública del gobierno de la república que active los empleos, que mejore los salarios, que nos haga un país más competitivo, que elevemos la productividad como el modelo para incrementar los ingresos y por otro lado un esquema fiscal que no sea tan pesado para efectos de que el sector privado pueda hacer frente a estos retos.
“El grueso del país descansa en la pequeña y mediana empresa que no está en condiciones en este momento de hacer frente a tantas obligaciones de carácter fiscal y las que están en la Reforma Laboral. De tal suerte que debemos pensar en esa empresa que está prácticamente domiciliada en todo el país y es necesario posicionarla con estímulos que impacten de forma directa en la generación de los empleos”.
Dicho de forma coloquial: tenemos un caballo de hacienda con el freno ajustado, habría que darle rienda…
Pues el jinete tiene que voltear a ver los sectores productivos con mayor confianza, tiene que entender que no es una competencia, sino que todos vamos al mismo destino y que es finalmente recuperar el crecimiento económico, la competitividad del país, la confianza de la inversión nacional y extranjera, que la necesitamos y sobre todo abatir el clima de inseguridad que afecta a la sociedad y daña de manera severa a todos los sectores productivos a los trabajadores y empleados por el riesgo que implica, y se ha generalizado por todo el país. Esto sería el punto número uno que se debe resolver.
Y aquí, con esta preocupación finaliza la charla.
POLÍTICA
BERTHA ALICIA CARAVEO CAMARENA
Bertha Alicia Caraveo Camarena, presidenta de la Comisión de Asuntos Fronterizos del Senado