MARÍA ISABEL CASTILLO BÁEZ
Embajadora de la República Dominicana en México
- EMBAJADOR
- agosto 2022
- Patricio Cortés
- Fotografía: Mario Torres
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La República Dominicana posee una de las economías más estables de la región, además de contar con añejos lazos con México. De ello, charlamos con su representante, la embajadora María Isabel Castillo Báez.
Nos refiere que las relaciones diplomáticas entre México y la República Dominicana tienen 134 años. Sin embargo, la vinculación de nuestros pueblos proviene de la época precolombina: “Hay registro de que los indígenas taínos comerciaban con los mayas. Durante la época de la Colonia, la vinculación se incrementó. Grandes defensores de los derechos de los indígenas en México salieron desde La Hispaniola, como lo fueron el Padre (Bartolomé de) Las Casas y Fray Antón de Montesino. Incluso, más adelante, en el devenir histórico, las relaciones siguieron fortaleciéndose, con grandes personajes que vinieron desde Santo Domingo como Jacobo de Villaurrutia, quien fue el fundador de El Diario de México; Pedro Henríquez Ureña, el ilustre pensador dominicano que fundó El Ateneo de la Juventud, junto a Alfonso Reyes, Antonio Caso y (José) Vasconcelos. Hemos forjado lazos muy estrechos entre México y la República Dominicana, mismos que hemos sabido canalizar desde el ámbito diplomático en esquemas de diálogo, de cooperación, de nexos culturales y académicos. Es una historia larga de amistad y de vínculos, que con el tiempo se han ido estrechando”.
En términos económicos, comenta que, aunque no hay un acuerdo comercial, la relación se ha fortalecido de facto. Incluso, México se convirtió en el segundo inversor extranjero en República Dominicana en el 2021. Mantenemos un comercio de más de 800 millones de dólares: “Hay una complementariedad que se ha estudiado y ahora vamos a presentar los resultados de un estudio pormenorizado que ha hecho la CEPAL a solicitud de esta embajada y de nuestro Ministerio de Industria y Comercio, donde se han identificado las fracciones arancelarias de productos que la República Dominicana puede proveer a la industria mexicana. Hay una gran potencialidad para abrir cuota de mercado de nuevos productos, tanto como para ampliar cuota de mercado de productos que ya se exportan desde nuestro país a México”, expone.
“Creo que el gran potencial está en los bienes intermedios para la industria mexicana. Para la industria alimenticia mexicana, por ejemplo, la República Dominicana el año pasado fue un gran proveedor de saborizantes; también, para la industria automotriz podemos proveer circuitos eléctricos, pieles para asientos entre otros”, ejemplifica.
El nearshoring o relocalización cercana de procesos de producción para reconfigurar cadenas de suministro y obtener ahorros logísticos es también una importante área de oportunidad: “He identificado una cuádruple oportunidad entre México y la República Dominicana: Primero, nuestro país es un destino seguro para las inversiones mexicanas. Segundo, es un punto ideal de nearshoring para las empresas mexicanas. Tercero, como un hub logístico de distribución para las empresas exportadoras mexicanas. Cuarto, una oportunidad que tiene que ver con el turismo, es el poder desarrollar en conjunto un esquema de turismo multidestino regional; es decir, el turismo mexicano y el dominicano como complementarios”.
Ahonda en el tema logístico: “La República Dominicana tiene todo para ser el hub logístico desde donde las empresas mexicanas puedan distribuir sus productos a otros puntos, no sólo del Caribe. Tenemos la legislación que permite que se mantengan en estado de suspensión inventarios completos de mercancía en nuestros parques logísticos, para que las empresas puedan realizar ahí todo tipo de procesos antes de la de exportación, como reempaque y reetiquetado sin tener que internar la mercancía y pagar impuestos. Tenemos una gran ventaja, no sólo por la legislación, sino también por nuestra ubicación central en el Caribe y por los múltiples acuerdos comerciales que mantenemos con otros países”.
Nuestro intercambio va más allá: “Además de todo el tema comercial y económico, que es una prioridad para esta misión, los nexos culturales también lo son porque reconocemos que la cultura es el puente por excelencia entre los pueblos; sirve para unir y vincular un pueblo con otro, por lo que es nuestro interés difundir nuestra cultura. Estamos trabajando en reactivar la cátedra Pedro Henríquez Ureña con el Colegio de México, la UNAM y Flacso. Estamos generando vinculaciones entre instituciones académicas mexicanas con dominicanas para fomentar cooperación e intercambios de estudiantes, de docentes. Tenemos un extenso programa de exposiciones de arte, conferencias y difusión de la dominicanidad en México. En el ámbito cultural, hay mucha tela de donde cortar”.
Pasamos a los desafíos de su nación: “Uno de los grandes desafíos había sido combatir la corrupción. Este gobierno ha dado grandes pasos en esa dirección, incluyendo la creación de un Ministerio Público independiente. En una encuesta de Gallup, publicada el año pasado, se daba a conocer que después de ocupar, en un pasado reciente, los primeros lugares en Latinoamérica de corrupción, pasamos a uno de los últimos lugares de países con la corrupción como problema principal; se tiene que seguir progresando en esa dirección. La educación, tenemos que seguir trabajando en fortalecer nuestros sistemas educativos, ya que es la base del desarrollo humano”.
“En términos económicos, el país viene gozando, en los últimos 10 años, de un crecimiento y una estabilidad económica sostenida. Hemos tenido un 5.3% de crecimiento en promedio en los últimos 10 años. Se prevé seguir avanzando en esa dirección con todas las políticas atinadas que está tomando nuestro Gobierno”.
Sobre la crisis sanitaria, expone: “La República Dominicana es un caso de éxito en su desempeño para salir de la crisis generada por la pandemia. Creo que para medir la manera en que cualquier país salió de la crisis, se tienen que tomar en cuenta estos tres factores:
• Uno, tiene que ver con cuán rápido se tuvo acceso a la vacuna. En el país, se creó un gabinete encabezado por nuestra Vicepresidenta que triunfó en lograr el acceso rápido a las vacunas, lo que no fue nada fácil, y desarrollar un eficiente esquema para Su aplicación.
• Dos, el segundo se relaciona con la situación macroeconómica del país en cuestión, antes de la pandemia y durante la pandemia. República Dominicana es un caso de mucho éxito, porque es una de las economías más sólidas de la región. Terminando el año pasado y saliendo de la pandemia, el país cerró con 12.3% de crecimiento, que eso es mucho decir en comparación con otros países latinoamericanos. Standard & Poor´s (calificadora internacional) le revisó su calificación de negativa a estable en diciembre del año pasado, el único país de Latinoamérica al cual elevó su calificación, se pronostica que este año cerrará con un 5.3% de crecimiento. Tenemos estabilidad económica gracias a las medidas adoptadas, así como por ser una economía diversificada. Además, debo mencionar que tenemos estabilidad política, que es un gran factor que genera seguridad a la inversión. Nosotros llevamos once elecciones democráticas con alternancia en el poder desde el año 1978, complementa.
• El tercer factor está relacionado con las medidas que el país pudo implementar para combatir los efectos de la pandemia. La República Dominicana implementó, desde el momento en que la OMS declaró la pandemia, una política monetaria expansiva. Desde nuestro Banco Central bajaron las tasas de interés, de manera que se fomentó que existiera liquidez, y que los bancos pudieran refinanciar créditos. Se tomaron también medidas importantes en términos fiscales que permitió una flexibilización del pago de impuestos, sobre todo para las empresas en las industrias que se vieron más afectadas por la pandemia. Estas medidas ayudaron a preservar empleos. Por otra parte, en cuanto a las medidas sociales, se implementó todo un paquete para proteger a los sectores más vulnerables de la población”.
La embajadora María Isabel Castillo Báez conoce nuestras relaciones bastante bien, pues ya ha formado parte de la misión diplomática con anterioridad, ahora regresa como titular: “Eso ha sido una gran ventaja. Estudié derecho, pero hice una maestría en asuntos internacionales y llevó toda una historia en esta embajada. Eso significa que conozco cuáles son los temas más importantes de la agenda bilateral, cómo se han llevado hasta el día de hoy, por qué han quedado algunos rezagados o por qué otros no han prosperado. No sólo conozco la agenda bilateral, sino la historia de las relaciones y las políticas que se han implementado, qué ha funcionado y qué no, entiendo la idiosincrasia de los dos pueblos y sus vinculaciones”.
Narra que fue un pasillo literalmente lo que la llevó a la diplomacia: “Yo estaba haciendo mi maestría en la escuela de Derecho de la Universidad de Columbia. Entre la escuela de derecho y la de relaciones internacionales, hay un pasillo. Sin darme cuenta yo diseñé un programa donde la gran mayoría de mis asignaturas las tomaba en la escuela de asuntos internacionales, porque allí desarrollé esa pasión por la diplomacia y el estudio de las relaciones internacionales”.
Por último, se define como “una persona perfeccionista, persistente, vanguardista y polifacética, con mucho interés en continuar el trabajo de tantas mujeres que han abierto camino y seguir haciéndolo en beneficio de las generaciones más jóvenes”.