Revista Personae

CLAUDIA GUERRERO CASILLAS

Actriz, directora & yoguini

COMPARTIR

Facebook
Twitter

Hablamos con una mujer polifacética, actriz, directora, yoguini, coaching. Claudia Guerrero nos habla de Mayo, obra dedicada a las infancias cuya primera temporada se presenta en el teatro Centro Cultural Helénico.

Desde pequeña estudió actuación como una materia en su escuela y yoga con su madre quien también era yoguini: “Siempre supe la inclinación que tenía hacia la actuación y, a diferencia de muchas historias, mis padres me apoyaron muchísimo. A los 17 años obtuve una beca para irme a estudiar fuera, un verano, a una universidad y a partir de eso se definió realmente mi camino y no he cambiado de rumbo, he estado neceándole al teatro con mucha fuerza mucha pasión”.

 

Claudia Guerrero Casillas

 

Pertenece a una generación de actores que combinan varias artes escénicas: “Antes, la formación actoral estaba muy dividida, la gente que se quería dedicar a algo físico, pues se tenía que ir a danza, no había un híbrido como ahora que es teatro físico; como actor, también, tenías que decidir si querías estar en la televisión o querías estar en un teatro más formal, ahora ya las fronteras de eso se han borrado. Las propuestas académicas incluyen mucho el teatro físico, yoga, materias circenses o combate y eso es muy bueno porque la verdad es que la competencia es a nivel global, los actores hoy bailan, cantan, actúan”.

“Los actores nos enfrentamos a una mayor competencia, también es cierto que hay más academias formativas, y al haber tantos egresados hay que preguntarnos ¿qué va a hacer el egresado?, ¿De dónde va a comer? Entonces, no hay de otra que incluir en las materias una preparación para que el actor sobreviva, no solamente del teatro, sino también de lo de los medios audiovisuales”, complementa.

 

Siendo la maestra yoga de la Orquesta Sinfónica de Yucatán arrancó proyectos de dirección escénica y decidió estudiar la maestría: “Fue una gran experiencia la maestría, me ha permitido también trabajar desde otro ángulo la escena, llevo ya muchos años en esto y tengo mucho que aportar en la dirección. Me encanta la actuación, ahorita, formo parte del elenco estable de Claudio Valdés Kuri que es Teatro de ciertos habitantes, su compañía, como actriz, las tres carreras coexisten muy bien porque también tengo mi carrera de yoga muy firme”.

 

Nos habla de Mayo: “Es un elenco interdisciplinario y muchos son bailarines, me ha tocado también aprender cómo dirigir sin yo decir ‘lo haría así’, sino a ver cómo desde la danza, la interpretación hacia la actuación puede estar más fuerte, ha sido muy interesante. Me ayuda muchísimo ser actriz, le entiendo muy bien a las trabas que tienen, a cómo darles notas, a cómo ser más precisa en lo que quiero, y de cómo me gusta que me dirijan a mí”.

 

“Es la historia de mi abuela, se llamaba María, pero le decían Mayo, es una obra que adaptamos para infancias, la retomamos desde sus siete años que fue exiliada y la convertimos en una aventura literaria, porque mi abuela también era amante de los libros y encuadernó su biblioteca, tenía 500 o 600 volúmenes que ella encuadernó con sus manos. La obra está basada en estas dos vertientes, tanto en su viaje de exilio a México y su retorno, como en su viaje literario”, comenta.

 

Reconoce que trabajar para niños nos es sencillo: “Es lo más desafiante, los niños son altamente inteligentes, son el público más exigente porque reconocen perfecto cuando hay algo falso. Tienen muchos estímulos, entonces, tiene que ser algo creativo, llamativo, y que, al mismo tiempo, realmente, se sientan identificados con la propuesta. No estamos tocando el tema político, lo estamos tocando para abrir la mirada de la niña hacia lo que es la aventura, de irse de lugar en lugar, a lo que es coleccionar memorias; es decir, lo abrimos por completo a una mirada infantil y más hay mucha danza y mucha música. Es una obra corta, dura 55 minutos, y está llena de personajes fantásticos, muy dinámica. Tocamos de repente un conflicto en el centro que es la niña que viaja y viaja y viaja dice, ‘bueno, ¿de dónde soy?, ¿cuál es mi identidad?’; pero básicamente estamos haciendo toda la narrativa para estimular la imaginación y dar a los niños esa sensación de que a través de la literatura todo se puede”.

 

Claudia Guerrero Casillas

 

Aunque la primera temporada concluye el 15 de diciembre, ya está apalabrada una segunda en los circuitos teatrales más exigentes, explica: “Tenemos un elenco de muy alta calidad, eso ayuda, y un equipo creativo muy bueno; yo estoy dirigiendo artística y escénicamente, también tengo un coreógrafo muy reconocido en la danza que se llama Víctor Ruiz. La experiencia de los niños creo que va a ser una sensación de superpoder, la potencia de ser de ser niño y de cruzar la vida. Nuestra idea es que los niños salgan contentos y no nada más dándoles una sensación de contento efímera; yo sí soy partidaria de que la literatura hay que rescatarla y hay que decirles a los niños «mira esto que te va a dar a ti una fuerza de toda la vida»”.

 

Se describe en sus facetas: “Soy una mujer muy apasionada, muy intensa, muy alegre. Me gusta mucho la vida, me gusta compartir y diría que mi defecto de repente es ser a lo mejor demasiado positiva; anclarme a las realidades negativas me cuesta trabajo. Soy, sobre todo, positiva y eso me ha llevado adelante, a sacarme de muchas dificultades”.

Como actriz, creo que mi fuerza está en que soy interdisciplinaria, aunque ya hay mucha gente que hace cosas mezcladas en disciplinas. Yo me he formado en muchos terrenos, entonces, tengo la capacidad de estar en la pantalla y también de estar muy fuerte en un escenario con mucha gente, en algo íntimo, y ahí se mezcla un poco mujer y actriz porque me gusta compartir con todo tipo de público y con todo tipo de gente”.

“Como directora, estoy encontrando mi lugar, el liderazgo no es necesariamente este modelo como de autoridad, vertical; más bien trato, de hacer algo horizontal y juntar fuerzas. Como directora, soy muy visionaria, creo que es porque he vivido muchas cosas y también muchas profesiones, entonces, tengo un amplio rango de mirada y veo mucho para adelante o sea tengo la capacidad de ver el resultado, incluso, antes de arrancar el proceso y tengo una fuerza interna muy grande”.

“Como yogui, mi mamá y mi papá me llevaban a meditar cuando tenía 9 años. En realidad, tengo super integrada la parte de yoguini más allá de que llevo una carrera larga dando clases en mi casa, yo ya tenía el modelo que eran mis padres. Mi madre, que falleció hace poquito, era maestra de yoga, también, entonces, yo la veía practicar y nada era algo muy interiorizado en mi familia. He tenido suerte, me han dado unas becas alucinantes de que la vida me ha regalado irme a estudiar a Italia, irme a estudiar a Israel, con maestros hermosos y hermosas que llevo conmigo. Acabo de traducir el libro de mi maestra, Orit Sen Gupta, y va a salir a la luz muy pronto. Más que yo buscar las oportunidades con el yoga, el yoga me ha elegido a mí, me siento muy bendecida por la práctica y por la posibilidad de enseñar. Eso influye mucho en mis otras tres facetas, porque no es lo mismo una directora histérica que una que práctica yoga”.

Mayo, se presenta sábados y domingos a las 13:00 horas en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico.

Instagram

@claudiaguerrerocas

@teatrodeciertoshabitantes

Claudiaguerrero.org

POLÍTICA

Núm. 300 – Noviembre 2024