Revista Personae

ESTILO O MODA INCLUYENTE

¡Esa es la disyuntiva!

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Dicta el adagio: “De la moda lo que te acomoda”, pero ¿qué sucede cuando de toda la oferta que ofrece el mercado en materia de ropa y accesorios no te acomoda nada? La moda (del francés mode y del latín modus modo, medida), se refiere a las prendas de vestir y adornos que usamos las personas, de acuerdo con gustos y costumbres. Sin embargo, no podemos tapar el sol con un dedo y creer que todos podemos usar las mismas cosas. Y no se trata de una afirmación con tendencia discriminatoria, sino de una realidad que existe pero que pocos estamos conscientes porque no experimentamos en carne propia, las dificultades que libran día a día las personas con facultades diferentes.

 

 

Estamos habituados a comprar la ropa que ponen al alcance de nuestro bolsillo las grandes empresas que son las que dictan las tendencias de la moda. Las prendas y los colores que cada temporada abarrotan los aparadores de las tiendas alrededor del mundo, son determinadas por una industria que cada año vende billones de dólares en todo el planeta, y a pesar de sus jugosas ganancias, no destinan recursos para la investigación y diseño de prendas que cubran las necesidades reales de un segmento de la población en particular, como lo son las personas con alguna discapacidad.

En los tiempos actuales, es recurrente escuchar hablar sobre la moda incluyente. Pero ¿qué es esta moda? ¿Cómo podemos distinguirla? ¿Acaso es sólo un slogan? Trayendo a valor presente la frase de Coco Chanel: “La moda se pasa de moda, el estilo jamás”, definiría a las prendas de vestir y los accesorios que son ideados para hacer más llevadera su condición de discapacidad de algunas personas como podría ser un estilo incluyente.

 

Aída Walls

 

El estilo incluyente –es la forma de crear a partir de estudios ergonómicos aunado al diseño–, productos que se adapten a las diferentes capacidades y limitaciones que una persona puede tener, con el propósito de facilitar su uso y comodidad. Es decir, productos que puedan ser manipulados sin ayuda de terceros, y disfrutados al momento de vestirlos.

Marcas importantes en el mundo de la moda han hecho algunos esfuerzos para crear este tipo de ropa: las prendas cuentan con cierres modificados, imanes lavables, sistemas que permiten ajustes a voluntad, etc., pero resultan inalcanzables para mucha gente por los altos costos que tienen.

La industria de la moda, al igual que otros sectores, crece y evoluciona de forma rápida. En la actualidad es posible encontrar prendas que incluyen filtros de realidad aumentada, gracias a la nueva funcionalidad de “Targeting Tracking”. Sin embargo, no hemos avanzado significativamente en crear prendas que faciliten la vida a quiénes por razones físicas o mentales no deben usar ropa que fue pensada para cubrir necesidades diferentes a las que ellos tienen.

 

Aída Walls

 

 

En México, Anette Castro, diseñadora y promotora del estilo incluyente, desde su experiencia en este campo expresa: “Se trata de saber mediar la parte fría del mundo de la moda y no olvidar la parte humana. Crear un equilibrio de sensibilización… No es crear moda, no es hacer una marca de ropa, es una propuesta que permita a las personas con discapacidad participar y ser parte humana y viva de este mundo”.

En México, según datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica de la Población, 2018 del INEGI, 7 millones 877 mil 805 personas manifestaron tener alguna deficiencia física, mental, intelectual o sensorial, entendida esta como la dificultad que presentan para desarrollar sus tareas como lo hace el resto de la gente. Lo que representa el 6.3% de la población total de nuestro país.

 

Aída Walls

 

Desafortunadamente, para realizar estudios y crear este estilo de ropa para las diferentes necesidades que requieren las personas con habilidades diferentes, es necesario contar con la inversión de personas sensibles con el tema, que puedan ver en este tipo de proyectos grandes posibilidades de éxito económico para sus bolsillos.

Por ejemplo: las personas que para desplazarse requieren una silla de ruedas, necesitan pantalones amplios, con bolsas en los costados, con jareta y suave resorte, telas blandas, y según la temporada, frescas o cálidas. En cambio, quiénes presentan dificultan en sus extremidades superiores, brazos y/o manos, las blusas y las camisas deberían tener imanes removibles en lugar de botones, sólo por mencionar algunas cualidades.

 

Aída Walls

 

Como podemos observar, la moda incluyente va más allá de presentar en pasarelas a personas con discapacidad usando prendas que no necesariamente cumplen con los parámetros antes mencionados, se trata de abordar el problema desde una perspectiva de negocio, sin dejar a un lado la parte sensible y humana que lleva implícita. No debemos olvidar que se trata de personas que por muchos años han sido excluidas del mundo. Debemos romper con estereotipos creados y dejar de pensar que son diferentes.

MISCELÁNEO

Núm. 300 – Noviembre 2024