Revista Personae

IRLANDA MAYA

Especializada en salud

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Una de las cosas que ha cambiado con la actual pandemia es la revaloración del periodismo relacionado con temas de salud, y de ser vista como una sección ‘de relleno’ por muchos medios, se ha convertido en estos últimos meses como ‘La Fuente’. Con 28 años cubriendo salud para Televisa, Irlanda Maya nos habla de su carrera y los desafíos de esta especialidad.

Desde los nueve años encontró su vocación en una feria del libro, participó en uno de los talleres y en uno de ellos se desempeñó como periodista y ahí inició el sueño. A ello se sumó ser hija de una enfermera a quien varias veces acompañó en su trabajo, admirando su entrega y dedicación, a veces la esperaba en el famoso mural de Diego Rivera, en el Centro Médico de La Raza, el resultado ya lo conocemos.

 

Irlanda Maya
Fotografía: Cortesía Televisa

 

Entró a Televisa haciendo prácticas profesionales, se abrió una plaza como reportera por la que concursó con un reportaje sobre salud, ganó y esa ha sido su fuente desde entonces:

“Estar en Televisa fue siempre mi sueño dorado, no había tantos medios como ahora, pero a mí me decían ‘va a ser muy difícil, no conoces a nadie’. El primer día que llegué a hacer mis prácticas profesionales yo decía ‘¡Estoy aquí!’ y tocaba las paredes (para decir que era real lo que estaba viviendo)”.

Nos comenta sobre la relevancia que han tomado los temas de salud a raíz de la pandemia: “En el país hay tantos temas que cubrir y todos son interesantes, de repente, un reportero de espectáculos va a decir que los espectáculos son importantes y cultura también; pero, ahora, la fuente de salud cobró mucha relevancia. Por todo esto, nos dimos cuenta, que hay un analfabetismo en cuestión de temas de salud, nos hace falta mucha cultura científica. Hay mucho que aprender y ha sido tremendo todo esto que se ha dado, hay mucha información, mucho trabajo, no se agota el tema, hay mucho que hablar de la pandemia y muchas enfermedades que están quedando rezagadas”.

 

 Irlanda Maya

 

No obstante, no todos están preparados:

“Cualquiera que sale en la tele, que escribe o le dan una oportunidad en radio, se siente reportero o periodista. Creo que sí nos hace falta profesionalizar esta carrera que es el periodismo, y ser especializado ayuda muchísimo. Yo tuve la oportunidad de estudiar una maestría en la UNAM sobre divulgación de la ciencia. Me ha ayudado muchísimo el estar preparada, conocer muchos términos, saber quién se dedica a qué, quién es el especialista en determinado tema, eso me ha ayudado mucho a hacer reportajes de calidad”.

 

Se requiere particular cuidado en estos temas, comenta:

“El ser periodista profesional le da a uno muchísima responsabilidad, porque no se trata de dar un consejo de lo que uno crea. Aquí el periodista tiene la obligación de investigar que lo que uno cree o va a abordar, tenga evidencia científica porque están de por medio vidas. La gente todavía dice ‘lo vi en la tele’, eso confiere una mayor responsabilidad para dar información fidedigna, real, porque, de verdad, de ello depende la vida de las personas. Lo único que tiene el periodista es la credibilidad, por ese valor y el compromiso con las personas es que tenemos que trabajar e informarnos bien. Yo, aunque esté especializada, para mí cada día es nuevo y me asumo como una persona que me puedo equivocar, y con esa humildad tenemos que trabajar. No hay que confiarse y nunca bajar la guardia”.

 

Sin embargo, hay reporteros de salud que por llevar cierto tiempo cubriendo este tipo de temas se creen capaces hasta de expedir recetas médicas, nuestra entrevistada opina:

“El periodista debe ubicarse, no somos nosotros el especialista, ni quienes recomendemos y saquemos la receta; porque, en medicina, cada caso es diferente, todo mundo tiene sus enfermedades, sus comorbilidades, y lo que le puede funcionar a alguien no le puede funcionar a otro. Es muy importante buscar especialistas en cada área, que sean los encargados de dar las recomendaciones. En lo que respecta al periodista, es indispensable en esta tarea, porque es una figura que traduce, por así decirlo, de un lenguaje muy especializado, muy específico, de alguien que empleó muchos años para adquirir un conocimiento, mismo que hay que llevárselo a la señora de los tamales, al oficinista, al adolescente. Aparte, no sólo es la tarea de llevarlo con calidad y rigor científico, sino que, además, sea entretenido, que no aburra, que interese. El hacer un reportaje televisivo es un trabajo en equipo, tiene su grado de dificultad”.

 

Entre los múltiples trabajos por los que ha destacado Irlanda Maya, está el haber entrado a grabar la zona donde se combate al Covid frente a frente, con el peligro que implica, narra:

“Desde hace muchos años, yo entro a los hospitales, a los quirófanos, y desde ahí he grabado muchísimas cirugías y ya estaba yo familiarizada con usar el equipo de protección, que ahora se reforzó. El periodista tiene que estar en el lugar de los hechos y mi objeto de estudio son estas notas médicas, entrevisto a pacientes, a doctores, ahora con Covid, y tenía que estar cerca. Para no arriesgar a nadie, entré a la zona con Covid yo sola, con mi celular y grabé. Se siente que entras a una zona de guerra, literalmente, contra un organismo que no lo ves y no sabes por donde te puede atacar. Entonces, el ver a los doctores, al personal de salud, a las enfermeras trabajar, y ese trabajo constante es una labor muy desgastante. Yo he visto en los ojos del personal de salud que están conmovidos y están entregándose por completo. Una parte muy importante que platique antes de ir allá, con el director del canal, salvaguardar, sobre todo, los derechos del paciente, en ningún momento se tomaron imágenes de ellos. Fue una experiencia conmovedora como periodista y como persona”.

 

La devastación de esta pandemia ya rebasó las expectativas, por lo que se corre el riesgo de explotar el morbo y caer en el amarillismo, la reportera nos dice cómo cuida dicho aspecto:

“Así como hay una relación médico-paciente, también en términos de la fuente de salud, especializada, debe haber una relación reportero-paciente; entonces, establecer estos códigos de ética es muy importante, saber a quién estas entrevistando, a personas que están sufriendo, que se están enfrentando a una experiencia muy dolorosa de perder a sus seres queridos y entonces uno tiene que ponerse en el lugar de ellos. (Ryszard) Kapuściński –periodista y escritor polaco—decía, ‘no se puede ser un buen periodista, sin ser una buena persona’: estas situaciones que están pasando, a mí me pude ocurrir y hay que tratar a los pacientes con muchísimo respeto, ser riguroso con la evidencia científica a la hora de redactar y de esa manera estamos a salvo de no convertirnos, jamás, en una nota roja”.

“El periodismo de salud es muy de servicio y muy de educación. Esa es una pregunta recurrente que siempre les hacen a los periodistas, si tienen la función de educar y ese es un debate, tú lo sabes, en la fuente de salud sí está esta cuestión de que se está educando a la población, pero uno como periodista también está aprendiendo”, complementa.

 

Irlanda Maya 

Sobre el futuro de la fuente, opina:

“Yo creo que van a cambiar muchas cosas, efectivamente la fuente de salud cobró mucha importancia y va a seguir así. Falta ver las secuelas y el impacto en la salud mental en los próximos años. Cada vez se están formando más periodistas que les ha apasionado esta fuente. Como medios, como reporteros, somos narradores de una realidad y esta narración debe estar preparada, informada porque la gente ve la realidad a través de nuestras narraciones”.

Se describe: “Si pudiera elegir algunas palabras serían honestidad, empatía, trabajo, lucha. Yo vengo de una familia de muy escasos recursos y ellos trabajaron muy duro para que yo tuviera una licenciatura y pudiera trabajar, desempeñarme en mi sueño dorado. Todo es posible en esta vida, uno podrá ser muy pobre o no tener recursos, pero si uno quiere algo puede alcanzarlo, y sí se requiere el apoyo de nuestros papás”.

POLÍTICA

Núm. 300 – Noviembre 2024