A CINCO DÉCADAS DE LA MUERTE DE
PABLO PICASSO, SU MITOLOGÍA SOBREVIVE
- EXLIBRIS
- mayo 2023
- Bernardo González
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Los selectos lectores de esta revista saben, desde su primer número, que uno de sus propósitos básicos es dar a conocer vida y obra de los creadores actuales de la pintura mexicana, hombres y mujeres. Por lo mismo, Personae no podía pasar inadvertido el quincuagésimo aniversario de la muerte de Pablo Picasso (principio y fin), nombre abreviado, pero que, en su acta de bautismo en la iglesia de Santiago de Málaga, España, sus padres lo inscribieron como Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso, nacido el 25 de octubre de 1881. El famoso pintor moriría el domingo 8 de abril de 1973, a las 11.40 horas en su residencia de Notre Dame de Vie, en Mougins, en las proximidades de Niza, Francia. No hubo ningún medio de comunicación en el mundo, periódico o revista por más modesta que fuera, que omitiera la defunción del hombre, el prodigioso pintor más reconocido del siglo XX: “Murió Picasso”; “Ha muerto un genio: Pablo Picasso, malagueño inmortal”, et sic de ceteris…
No dudo que más de uno afirme que todo se ha dicho ya sobre Picasso, pero dada la exuberante personalidad del artista, eso no es posible. El “minotauro” de origen ibérico no tuvo solo una vida, tuvo varias y diferentes. Del niño que sorprendió a sus familiares y otros contemporáneos, al joven emigrado al París que seducía a todos los que tenían sangre de creadores con el pincel en la mano; ni qué decir del pintor que en 1937 plasmó el Guernica, comprometiéndose quizás como nunca, políticamente.
En pocas palabras, sin presunciones interpretativas inmodestas, el joven y el nonagenario pintor, trascendieron al tiempo, al siglo de su nacimiento, al siglo de su larga vida, y lo está haciendo en el siglo donde propios y extraños —familiares y ajenos
—, disfrutan en el sentido lato del término su abundante herencia artística.
Ningún pintor ha sido tan lucrativo como Picasso. Dejó 18,156 dibujos; pinturas, 5,308; acuarelas/gouache, 2,171; cerámica, 1,832; grabado, 3,991; otros, 6,183; (pastel, collage, fotografía, litografía, sin clasificar); obras catalogadas, 37,441. ¿Muchas, pocas, exageradas? Todo según el que quiera apreciar la obra picassiana.
¿Cómo poder abordar la vida y la obra de un personaje como Picasso? O se abarca la vida propiamente dicha o el trabajo artístico. Resulta, además, que el ingenioso personaje tenía el don de Midas, el rey de Frigia que tenía la maldición de que todo lo que tocaba lo convertía en oro, o casi. Hasta el manubrio de una bicicleta lo convirtió en un objeto artístico, simulando los cuernos de un toro. En la presentación del número dedicado a la “Eternidad de Picasso”, la revista Letras Libres del mes de abril pasado, se dice: “Las biografías que han privilegiado su personalidad, o su trato con las mujeres, han renunciado a discutir su trabajo, para molestia de muchos críticos, como si sus pinturas y esculturas fueran un asunto secundario. Camaleónico, consciente de su genio (yo agregaría de “su ingenio”, BGS), rodeado de una corte de aduladores y muchas veces cruel, Picasso es y seguirá representando una genialidad sin parangón en nuestra época”.
La complejidad del asunto biográfico se sopesa en el trabajo del inglés historiador del arte, John Richardson (Londres, 1934-Manhattan, Nueva York, 2019). Cuatro volúmenes presentan Picasso, su biografía, mismos que el autor no pudo ver completos. Cuando muere, hace cuatro años, se habían publicado dos volúmenes en español y tres en inglés. Cuando se escribe esta crónica ya están publicados cuarto volúmenes en inglés.
Referirse a Picasso es apreciar el Guernica, el cubismo, el periodo azul y, además, no olvidar a todos sus famosos contemporáneos, que cada uno también valen más de un potosí. Los nombres salen sobrando, todos los conocemos. Además, esta EX LIBRIS está dedicada a Picasso, más que suficiente. Demasía será el término adecuado para hablar del malagueño. Todo lo que se refiere a Picasso es exorbitante, dinero y obras. Amén del maltrato con sus mujeres y descendientes. En pleno siglo XXI continúa sumando récords de ventas, como cuando hace dos años se vendieron 3,500 lotes de sus obras, que alcanzaron, nada menos, 671 millones de dólares.
En una nota titulada, no sin mala leche: “Narcisismo, tragedia y relaciones destructivas, la otra huella del pintor” se cuenta: “El mito de Picasso se construye entre Francia y España. Es la historia del niño genio que, desde los ocho años, pintaba como un maestro… también es el relato del joven de 14 años que fue admitido en la Escuela de Bellas Artes de la Lonja de Barcelona; y, claro, del bohemio que dormía de día, pasaba las tardes en los cafés de París y pintaba por la noche”…”Cuando murió, en 1973, dejó más de 45,000 obras, además de una millonaria herencia, incluidos dos castillos y tres casas”.
“El narcisismo, la tragedia y las relaciones destructivas también son parte de la huella del pintor. Tal como el minotauro que se repite en su obra, mientras más importante se hacía Pablo Picasso, más consumía a las personas a su alrededor. Su hijo Paulo, así como su nieto, Pablito, fueron objeto de su constante desprecio; el primero fue víctima del alcoholismo, mientras que el segundo trató de tomar su propia vida al beber una botella de lejía y murió tras muchos días de agonía”. Recuerdo cuando una periodista francesa publicó en la revista Paris-Match crónicas sobre el escandaloso caso de las muertes de los herederos de Picasso. En aquel momento hubo mucha indignación en contra de Picasso. Aquende y allende el océano. Pero todo mundo leía las “hazañas” del pintor.
“Marina Picasso, hija de Paulo —hermana de Pablito con quien compartió los desprecios del abuelo pintor—, y su primera esposa, Emilienne Lutte, lo expuso en el libro Picasso, mon grand pére (Picasso, mi abuelo): “Nadie en mi familia pudo escapar a su total dominio. Necesitaba sangre para firmar cada una de sus pinturas”.
“Las declaraciones de la nieta del pintor han sido retadas por su hermanastro Bernard, quien considera: “Cada uno puede pensar lo que quiera. Ella critica, pero tiene su apartamento en Suiza lleno de cuadros de Picasso”. Es cierto, Marina posee una de las fortunas más grandes de Ginebra y también ha destinado un enorme porcentaje de lo que ha ganado en las subastas para beneficiar a infantes desprotegidos”.
Así, también Olivier Widmaier, otro nieto, es claro: “Muy simple, mi abuelo era el rey sol, un astro dominante”.
En suma, con motivo del 50 aniversario de la muerte de Picasso, medio centenar de exposiciones y actividades en todo el mundo analizarán todas las facetas de la obra y vida del pintor español del siglo XX. El programa es una hoja de ruta de los dos países en las que desarrolló su vida: España y Francia. Pero la segunda se llevará el protagonismo el próximo mes de diciembre con un simposio internacional en Ciudad Luz y la inauguración del pionero Centre d´ Études Picasso. Y en España, los principales museos albergarán exposiciones sobre distintos aspectos de la vida y obra del malagueño, incluidos el Prado, el Reina Sofía —que expone el Guernica—, el Guggenheim, en Bilbao, y el Picasso Málaga.
Sí, quizás se haya hablado mucho ya de Picasso, es posible que merecidamente, o no. Pero, ya como una especie de breviario cultural anexo a esta EX LIBRIS un fragmento de lo que escribió Octavio Paz en su libro Sombras de obras sobre un encuentro del propio Paz, Rodolfo Usigli y Miguel Iturbe en 1946 en el estudio de Picasso en la rue parisienne Grande Augustins.
Después de un escarceo entre los visitantes y el español, y de la entrega de una carta de Manuel Rodríguez Lozano al artista que no recordó al remitente, Picasso comentó: “Tuve un amigo mexicano que quise mucho. Un hombre inteligente, fino, culto. Muy amable y excelente persona. También era pintor” —¿Quién era? ¿Cómo se llamaba?
—Alegre al fin de poder dar un nombre, Picasso contestó: —Ángel Zárraga (y Argüelles). Un caballero, un honnête homme. Era muy mundano y un poco cursi. De esos que en el salón tienen un vaso de cristal con un pétalo de rosas flotando en el agua. Sí, Ángel Zárraga”…—Bajamos la escalera con prisa. Ya en la calle, Usigli me dijo furioso. —¿Cómo es posible que sólo recordara a Zárraga? ¿Y lo de Diego (Rivera)? Me pareció abominable. —No sé. Tal vez no estime a Diego y no quiso ofendernos. Porque no es creíble que no se acordase de él. —O han llegado a sus oídos los improperios de Diego contra la Escuela de París y contra él mismo. Prefirió callarse, ignorarlo. —No sé. Los ataques fuera le deben parecer zumbidos de mosquitos. Lo único de cierto es que Picasso no es de fiar. —Tampoco Diego”.
Estos intelectuales mexicanos que como el actual gobernante de México, siempre piensan que “el sol gira a su alrededor”. Lo que da pie para que en entrega próxima publique en Personae una EX LIBRIS dedicada al casi desconocido pintor mexicano Ángel Zárraga y Argüelles. VALE.