EL ESPÍRITU DE LOS DESTILADOS
Pasados, presentes y futuros del agave
- MISCELÁNEO
- diciembre 2020
- Lala Noguera
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El año ha transcurrido de una manera quizá rápida, quizá lenta, es cuestión de enfoques. Lo cierto es, que esta pandemia del coronavirus hizo que los seres humanos se quedaran resguardados en casa mucho más de lo que la mayoría estábamos acostumbrados por nuestra forma de vida.
Lo que hace que el día de hoy amable lector, perciba usted el tiempo de forma diferente. Cuando comenzaron en China y otros países a quedarse en el aislamiento hasta permear a nuestro país, muchísimas personas de todos los países imaginados y no imaginados se quejaron justamente de esta situación de desaceleración del tiempo y quizá hasta del espacio mismo. Ciertamente nuestros lugares de trabajo se redujeron a una habitación dentro de la casa, una casa que solo era habitada de manera rutinaria para pernoctar, para hacer cualquier alimento al día o a veces ninguno, para bañarnos y algunas veces también para convivir con la familia.
Poner a trabajar a nuestros sentidos: gusto, vista, tacto, olfato y oído
Dentro de esta manera “novedosa” para vivir en estos tiempos de la pandemia, muchos de los hoy especialistas han recomendado poner a trabajar a nuestros sentidos –gusto, vista, tacto, olfato y oído– en cosas nuevas.
De tal manera, que lo que hoy es aburrido, sirva para estimular e incrementar los sentidos, encontrar actividades que nos emocionen, que nos permitan sentirnos más vivos y deleitarnos de todo lo que nos rodea dentro de estos metros cuadrados, que eran conocidos más no familiares. Dejarnos sorprender de nosotros mismos, de nuestros logros y conquistas dentro de esas paredes que ya no son tan extrañas y tampoco quienes nos rodean. Inventarnos cambios significativos interna y externamente a nuestra vida diaria: hacer ejercicio en casa, ponernos un objetivo para equilibrar nuestro peso, meditar, oler las especias que tenemos en la cocina, aquellas que solo tomábamos porque la receta así lo decía, pero que ni siquiera percibíamos; oler las flores del jardín, oler a nuestros hijos e hijas, a nuestra pareja como jamás lo habíamos hecho, y de una buena vez y para siempre dejar todos esos viejos hábitos que no contribuían a nuestro desarrollo.
En efecto esto requiere de trabajo personal, de una inmensa reconciliación con nosotros, de disciplina, la cual no estábamos acostumbrados a establecer y es tan necesaria para ajustar la percepción de la velocidad, del tiempo para realizar nuestras tareas. Personalmente, creo que vale la pena aprender y practicar cualquier disciplina, a cualquier edad porque no existen límites.
Es por ello, que hoy les invito a oler todo, a “comer con la nariz”, para así irnos directamente a nuestros recuerdos y jalar la memoria dormida que hoy es necesaria para que nos sorprenda en reconocer esos olores de la infancia, de la adolescencia y recordar esos momentos –a veces buenos y otros no tanto–.
Los destilados de agave nos permiten ayudar a conectar con la memoria histórica
Los destilados de agave en general nos permiten ayudar a realizar esas experiencias que hoy son necesarias a nuestra vida que grita ante el confinamiento de la sed de adquirir EXPERIENCIAS que nos nutran y nos permitan sobrevivir en este mar de tragedias sociales y económicas.
¿Cuál es la manera adecuada para conectarnos con la memoria histórica que guardamos y que está dormida con la ayuda de los destilados de agave?
Sin más les proporcionaré una guía rápida y eficaz para poder desarrollar sus capacidades y elevar sus experiencias sensoriales:
Sirva su destilado de agave, al menos 1 o 2 oz (tequila, mezcal, raicilla, comiteco, bacanora e incluso su sotol o charanda –que no son de agave) en una copa estilo coñac chica, o en una copa especial para destilados. No recomiendo ni veladoras, caballito o jícara, porque nuestra experiencia empieza cuando seleccionamos adecuadamente la copa para así transportarnos a esas memorias de manera adecuada.
Permita que se oxigene unos 2 ó 3 minutos.
Ahora huela su copa en sentido de las manecillas del reloj: 12, 3, 6 y 9.
Cada punto tendrá una percepción diferente que usted podrá percibir y en ese instante podrá jalar esos recuerdos. Trate de dar al menos una o dos vueltas a fin de ir desarrollar su sensibilidad. Anote qué es lo que encontró.
Ahora ponga usted su nariz en medio y huela de nueva cuenta. Sentirá la salivación juntarse a los lados de la lengua y con esa saliva sorba un poco de su destilado y enjuague su boca por 4 segundos y trague el destilado.
Una vez que lo ha degustado saque el aire por la boca y al final saque su ultimo aliento por la nariz. Encontrará en boca sabores y en nariz el aroma a ahumado sutil o intenso (dependerá de su percepción).
Dele otro trago a su destilado, pero ahora ya no lo retenga no lo exhale, solamente disfrútelo y permítase sacar las notas de aromas y sabores que a usted le recuerden.
Los destilados de agave no son como los vinos que están dentro de un círculo de aromas y sabores específicos (ej.: frutos rojos, amaderados, especiados), de hecho, son el cumulo de muchos sabores y aromas propios de usted, de dónde nació, en dónde creció y desarrolló, y de los lugares por donde ha caminado.
Estas son las experiencias que nos da el agave en su forma líquida, sáquele provecho y llénese de esos aromas y sabores de un México que no bajará la guardia ante la pandemia y que sobrevivirá siempre y cuando todos nos cuidemos.
Felices fiestas decembrinas y mi recomendación para las celebraciones es un mezcal de la marca “El viejo Manuelón”, directamente de Oaxaca y que ha obtenido, en el recién celebrado Spirits Selection by Concours Mondial de Bruxelles 2020, la presea que enaltece a México en la categoría de los espirituosos a nivel mundial.
Felicitaciones a esta y las marcas ganadoras. Y que ¡Viva México! El México de los espíritus que llenan de cultura e historia al mundo entero.
¡Salud!
MISCELÁNEO
NO TODOS SOMOS O SEREMOS PADRES, PERO TODOS SEREMOS HIJOS
“Lo que se calla en la primera generación, la segunda lo lleva en el cuerpo”
Françoise Dolto