Revista Personae

ANTONIO ATTOLINI

Defensor del obradorismo

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Antonio Attolini emanó del movimiento #YoSoy132. En la campaña del 2018, fue el vocero juvenil de Andrés Manuel López Obrador. Ha fungido como asesor parlamentario y funcionario en MORENA, aunque se ha dado a conocer más por su participación en diversos medios impresos y electrónicos, al ser uno de los más acérrimos defensores de la 4T.

Si bien difiero en más de un punto con el entrevistado, recuerdo que es una entrevista y no un debate por lo que la charla se da en un tono afable. Sorprende que sea egresado de una costosa institución privada, él declara: “Soy de la reserva patriótica del ITAM, somos pocos, pero benditos”.

 

Antonio Attolini,

 

Le pido un diagnóstico de las políticas enfocadas a la juventud, más allá del programa Jóvenes construyendo el futuro: “Yo ya no soy joven, pero ser joven es una actitud y es una actitud que siempre presenta la infinita posibilidad de futuro. Eso tiene este país, ya los jóvenes tienen una idea de futuro en donde pueden estudiar la preparatoria o la universidad con los apoyos que reciben del gobierno, pueden decidir hacerlo en casi cualquier lugar del país porque se han hecho también inversiones históricas en infraestructura educativa, las universidades Benito Juárez, no se diga aquí en la Ciudad de México con la Universidad Rosario Castellanos y la Universidad de la Salud, y sobre todo, los jóvenes ya no son carne de cañón de una política de seguridad, de búsqueda de captura y abatimiento. En este país, fueron considerados daño colateral e, incluso, amontonados como cadáveres y señalados como parte del crimen organizado, si no recordemos cómo sucedió con Jorge Antonio y Francisco Javier en marzo de 2010 en el Tecnológico de Monterrey, los estudiantes de doctorado que el presidente Calderón señaló que estaban armados hasta los dientes, cuando no era así. Entonces la situación en este país ha cambiado, recordemos de dónde venimos para saber a dónde vamos y creo que fundamentalmente este país le ha dado futuro a toda persona que hoy nace y crece indistinto del código postal en el que esté, es muy importante para la 4T”.

 

Recalco que es el grupo demográfico con más votantes y expone: “Sí, aunque la combinación de una política social exitosa se da en la medida que no solamente se ha atendido a los jóvenes por ser el grupo demográfico más grande, sino que también, por ejemplo, la pensión de adultos mayores, que dignifica una vida de lucha y les permite tener un retiro, informal, pero digno, también apoya mucho en la estabilidad familiar a distintos ámbitos de la población. O sea, no solamente se atiende a los jóvenes por ser jóvenes o a los ancianos por ser ancianos, sino a una idea integral y plena de vida, el desarrollo está en todos los ámbitos de nuestra dimensión familiar. Eso es lo que destaca a la 4T de los gobiernos neoliberales y conservadores”.

 

Se inclina por un precandidato: “Claudia Sheinbaum, la ex jefa de gobierno, es para mí la mejor propuesta para poder encabezar la Coordinación nacional de los Comités en defensa de la cuarta transformación (de facto la candidatura presidencial de MORENA) se cuentan por 70 mil en todo el país, uno en cada sección. Su visión de futuro no es la de zigzaguear y encontrar el hilo negro, sino la de la transformación que ha iniciado el presidente López Obrador, profundizarla con alcances aún mayores y eso requiere de una capacidad política y también de un proyecto. Después de cómo inició este sexenio, en 2018-2024, se presenta una oportunidad inédita a todo este país de poder realmente llegar al primer mundo, pero no como lo entendían los conservadores y neoliberales sino sin dejar a nadie atrás y sin dejar a nadie afuera, para que haya una modernidad desde abajo”.

 

Reconozco que un país no se construye en cuatro años, sin embargo, la pregunta de ‘hasta cuándo seguiremos culpando a los gobiernos del pasado’ me parece pertinente y responde: “Tú mismo lo dijiste, el país no se inventó hace cuatro años y hay muchas cosas en la herencia de los neoliberales y los conservadores, no nos vamos a cansar de señalarlos porque existen. Hay una base conservadora que le encantaría regresar al país de los privilegios y también gobernamos para ellos, porque estamos buscando que se den cuenta de que para que nos vaya bien a todos, a todos, a los ricos, a pobres, de izquierda, derecha, librepensadores, religiosos, del campo, de la ciudad, hombres y mujeres, viejos y jóvenes, primero van los y las más pobres, Entonces, vamos a seguir siendo consecuentes con esa visión y vamos a seguir refrendando nuestro orden de prioridades, aunque los conservadores estén en desacuerdo, este país ya no discrimina por origen, apellido o código postal”.

 

Al solicitarle una autocrítica de los pendientes de la 4T, evade: “No. De la crítica y de los errores se encarguen nuestros críticos y adversarios. Yo creo que vamos bien, estamos bien, de buenas, así lo reflejan las encuestas, así lo reflejan los votos, el peso, la relación con Estados Unidos, la reducción en las tasas de incidencia delictiva, el número de inversión que ha recibido, el número de apoyos que se dispersan ya a 30 millones de personas en este país. Vamos muy bien y eso da cuenta la forma de gobernar y sobre todo la manera democrática en la que se ha ido refrendando, tenemos 23 gubernaturas y creo que vamos a acabar con 27”.

 

Declara: “Yo creo que el obradorismo nos ha enseñado que ‘con el pueblo todo y sin el pueblo nada’, y esa es nuestra principal resistencia para el andado oligárquica, mediática y económica”.

 

Hago hincapié que quien llegue a la presidencia, en 2024, difícilmente tendrá la fuerza e influencia del actual mandatario, opina arqueando las cejas: “Pero si la fuerza no la tiene el presidente, la fuerza la tiene el pueblo de México. Si refrendamos que es el pueblo de México el dique de contención para el regreso de los privilegios de los neoliberales, de los conservadores, quien asuma eso, lo entienda, defienda y promueva, en su visión de gobierno, no va a tener ningún problema”.

 

Antonio Attolini,

 

Entrevistado en el preámbulo de una plática sobre debates a jóvenes de MORENA, le expongo que yo ya no percibo debates de ideas sino intercambios de adjetivos, difiere: “Yo creo que sí hay debate de ideas, hoy se habla de un proyecto, el proyecto-la transformación o el proyecto de la corrupción, el proyecto de los privilegios, el proyecto-la conservación de un mundo desigual que se asumía natural y no político. Yo creo que hoy sí se discute si queremos avanzar y profundizar un modelo de transformación apoyado por el movimiento social más importante del mundo, que es el obradorismo, o si queremos regresar a un mundo en donde los apellidos, los códigos postales y los materiales de la cuna, tres condiciones que uno no elige, pero que determinaban el proyecto de vida de la gente. Hoy, en la reacción conservadora, se ve que eso es básicamente lo que quieren, son muy violentos, son gente muy nerviosa, entonces pareciera que no hay ideas, pero en realidad lo que no tienen ellos es proyecto”.

 

Tras catalogar al obrarorismo como el movimiento social más importante del mundo, pido sustente la afirmación, explica: “No hay un movimiento social hoy en Europa, en Asia, en América Latina, en África más potente, más grande, mejor articulado y con una visión de gobierno y de proyecto que esté conquistando tanto y también el sentido común de un país como el obradorismo en México. Somos punta de lanza en el continente, pero también el reflejo de lo que deberían aspirar continentes como Europa o Asia. Lo que estamos logrando hacer en tan pocos años en menos de 10 años, gobernamos a casi 90 millones de personas. Eso no lo ha logrado ninguna fuerza política en el mundo y hoy estamos aspirando poder gobernar al menos otros seis años y entramos corrigiendo 36 años de desigualdad neoliberal. Entonces, yo creo que esto que estamos haciendo, la profunda transformación social que estamos liderando en el obradorismo, no hay ningún movimiento social en el MUNDO que lo tenga”.

 

La pregunta consecuente es ¿Cómo definimos el obradorismo, sacando a la figura de López Obrador?, presto, responde: “No lo podemos sacar, el obradorismo sigue el ejemplo de un hombre que, si bien, las palabras pesan, el ejemplo arrastra. Es el ejemplo de vida, de lucha consecuente que ha hecho Andrés Manuel López Obrador lo que nos inspira a seguir luchando para poner siempre por delante a los pobres, vivir en la justa medianía, poner el poder al servicio de los demás para, solo así, convertirlo en virtud. Ese tipo de enseñanzas son los que dan al obradorismo tal fuerza moral, autoridad moral para poder seguir reclamando y tutelar los destinos de este país”.

 

Entonces ¿qué pasará cuando él en el 2025 se vaya su rancho?, es la pregunta final, contesta: “Nada. El obradorismo es una corriente de pensamiento que se inspira en la vida y nombre de una persona –que así dejara de existir en el plano terrenal el día de mañana–, deja un legado en sus acciones”.

POLÍTICA

Núm. 300 – Noviembre 2024