Revista Personae

CALOR Y CAMBIO CLIMÁTICO

¿Es hora de preocuparnos?

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Estamos en septiembre y ha llovido de forma frecuente y copiosa en la CdMX y en otros muchos lugares del país. La Ciudad de México se acuerda que fue gran lago y quiere serlo de nuevo, tiene memoria. Ahora estamos preocupados por las constantes inundaciones y encharcamientos que lastiman las vialidades, casas y comercios y que crean un caos terrible con el tráfico. Estas lluvias intensas son producto de las tormentas tropicales y huracanes, en cuya temporada nos encontramos de lleno.

 

 

Pero al solo ocuparnos de las lluvias y lo que traen consigo, olvidamos que hace unos dos meses, las ondas de calor y de sequía hacían estragos no solo en México sino en muchos lugares del mundo. Copernicus, un programa de observación de la Tierra de la Unión Europea, ha reportado que el 22 de julio pasado se registró el día más caluroso en promedio, desde que inició el registro en 1940, con una temperatura promedio de 17.16 oC. Este valor parecerá bajo, pero al compararlo con los datos de 1943, para el mismo día, el registro en ese entonces fue de 15.35 oC, casi dos grados menos. Cambios a nivel global de dos grados en 60 años, son muy importantes y con consecuencias, como son las variaciones climáticas globales actuales: altas temperaturas, sequías prolongadas, lluvias severas, tormentas con granizo de gran tamaño, inundaciones extraordinarias, frecuentes tormentas y huracanes, etc. Las consecuencias, afectan pricipalmente a la producción de alimentos y disponibilidad de agua que, a su vez, tienen un impacto directo en la humanidad.

 

Calor y Cambio Climático. ¿Es hora de preocuparnos?

 

Un artículo reciente de la revista “Science”, menciona que los epidemiólogos consideran que unicamente el calor extremo, puede predecir las posibles muertes esperadas por dicha variable, pero el documento menciona que ahora los fisiólogos, han encontrado evidencia de que la humedad juega un papel muy importante cuando se presenta con altas temperaturas, haciendo que le cueste mucho más trabajo al cuerpo humano mantener una temperatura corporal que evite un golpe de calor. Estas conclusiones las obtuvieron, al realizar un estudio con personas, sometidas gradualmete a un incremento de temperatura y/o humedad, medido con un termómetro de bulbo húmedo (WBT por sus siglas en inglés), dándose cuenta de que, en ambientes con mucha humedad, a una temperatura de 31 oWBT, la temperatura se sentiría como de 40 oC a 50 oC, dependiendo de la humedad. Esta temperatura pondría en riesgo la vida de una persona realizando trabajos físicos. Mientras se define si es el calor, la humedad o ámbos, el artículo concluye en que hay que proteger a la gente en eventos de calor extremo.

 

 

Otro dato que debemos evaluar es el costo de los desastres por fenómenos naturales, un estudio presentado por el Swiss Re Institute, contabiliza 142 desastres en el mundo, con pérdidas aseguradas por 108 mil millones de dólares, y consideran que esta cifra se puede duplicar en los próximos 10 años, indicando que habrá una intensificación de los peligros relacionados con el clima cada vez más intenso. El estudio del Re Institute, indica que el terremoto de Turquía-Siria, fue el desastre más costoso económicamente y por número de víctimas, pero que el huracán Otis fue el evento, relacionado con el clima que más pérdidas dejó a nivel mundial en 2023, de acuerdo con datos de la ONU. El estudio dictamina que en Acapulco se pensó en sismos pero no en huracanes de gran intensidad. Los edificios se beneficiaron por las fuertes estructuras, consideradas para aguantar terremotos, pero que el daño significativo fue en las estructuras exteriores de edificios livianos, que fueron diseñados, justamente para un comportamiento sísmico adecuado. Entonces, es necesario revisar la infraestructura a lo largo del Pacífico que está expuesta, tanto a sismos, como a ciclones tropicales y huracanes.

 

 

Estamos en septiembre y ya casi es tradición asociarlo con simulacros y  temblores, pero la verdad es que tambien comienzan los fenómenos hidrometeorológicos fuertes. Lo de los sismos es mera casualidad, lo de de los huracanes, sí es por temporada. De la misma forma, regresará una época de escases de agua, sequía y de mucho calor el año próximo. ¿Qué podemos hacer? Aunque las presas se estén llenando con tanta lluvia, no hay que desperdiciar el agua, seamos cuidadosos con ella. Proponer a nivel individual, y comunidad, el buscar formas de almacenar el agua de lluvia, de reintegrarla al subsuelo. Hace tiempo leí una propuesta de hacer muchos agujeros en la orilla de la calle, en la zona cercana a las banquetas, para que el agua de lluvia no corriera hacia la coladera o drenaje, sino que se infiltrara al subsuelo. Sólo tendríamos que cuidar que los agujeros no se llenen de basura, para que funcionen adecuadamente. En otros lugares se han construido pozos de absorción que permiten al agua acumulada en la superficie, ser absorvida por el subsuelo,  reintegrandose a los acuíferos. Requerir que las nuevas construcciones habitacionales e industriales tengan sistemas de captación de agua de lluvia, y que se usen materiales porosos en los pavimentos. Podemos y debemos solicitar a nuestros gobernantes, que se realicen obras de almacenamiento de agua, así como cambio de tuberias para evitar pérdidas por fugas. Hay mucho por hacer y lo que cada vez tenemos menos, es tiempo. El Cambio Climático ya está aquí.

 

Carlos Miguel Valdés González

POLÍTICA

Núm. 298 – Septiembre 2024