Revista Personae

OSCAR LORENZO ARNOLD

Embajador de Belice en México

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El conflicto en Ucrania ha acaparado los reflectores por todo lo que implica; infortunadamente no es el único diferendo territorial del orbe, de hecho, tenemos uno justo al sur, entre nuestros vecinos Belice y Guatemala. De ello y más, hablamos con el embajador beliceño Oscar Lorenzo Arnold.

 

El tema es que Guatemala considera que el imperio británico la despojó de parte de su territorio y ejerce un reclamo contra lo que hoy es Belice. El embajador comenta: “Tenemos ese diferendo con nuestro vecino de Guatemala que empezó cuando fuimos colonia de Gran Bretaña, y después, cuando conseguimos nuestra independencia. Eso es un poco grave, porque esos problemas no dejan crecer a las economías, porque no tienes cómo hacer negocios, inversiones, comercio con ese país”.

“Tampoco es bueno vivir con un vecino que piensas que está mal con usted. Pero, ahora, hay una buena situación porque ese diferendo ya está en la Corte Internacional de Justicia. Ahora, los países deben de presentar sus argumentos y sus puntos para que la corte decidida”, añade.

 

Oscar Lorenzo Arnold

 

“Tenemos nuestros equipos de abogados, a algunos de Belice, que son buenos en esa área, pero no sabemos qué va a hacer la Corte. Es algo muy importante para nosotros, si nos cuesta parte del territorio va a ser un poco grave”, reconoce.

 

Se manifiesta optimista: “Pensamos que tenemos un buen caso porque ha habido cambios, antes fue el reclamo por islas, después área marítima, ahora es por parte del territorio de lo que se conoce como Belice. Tenemos fe en la en la justicia, en la Corte Internacional. Pensamos que tenemos a la historia en nuestro lado porque hay algunos tratados que firmaron con los ingleses, y eso indica dónde está la frontera que tenemos con Guatemala. Eso no debía de cambiar para nada, porque ya tenemos tratados que vienen desde 1800”.

 

Preguntamos sobre el riesgo de una escalada militar, el diplomático responde: “La situación mejoró con la administración que está en estos momentos en Guatemala y nuestra administración. Por primera vez, nuestro primer ministro hizo, el año pasado, una visita oficial a Guatemala. Eso fue histórico e indica que están mejorando las relaciones”.

 

Sin embargo, el apoyo militar británico ha sido relevante: “Cuando nosotros conseguimos la independencia, uno de los temas fue una garantía de los ingleses de que, si había alguna incursión militar de Guatemala, ellos venían a apoyar. Hoy en día, se mantiene un pequeño batallón, yo pienso que nos ayuda también”.

 

Pero, el tema central es jurídico: “La Corte de Justicia internacional tiene la tarea de decidir en este diferendo, pero nosotros tenemos que sobrevivir como vecinos. En Belice hay bastantes familias que vinieron de Guatemala, tenemos bastante beliceños que viven también en Guatemala. En la frontera, a diario, pasan niños, cruzan de Guatemala a Belice para ir a la escuela para aprender inglés y al final del día, cruzan otra vez para vivir ahí en Guatemala”.

Sobre el sentir de la población, comenta: “Los beliceños que viven cerca de Guatemala viven y sienten como beliceños. Hay algunas comunidades ahí que van y vienen, ellos sólo quieren sobrevivir con sus familias, no se preocupan si están en área beliceña o guatemalteca, son los que los que viven en los campos agrícolas, ganaderos, sólo quieren ganarse la vida”. 

 

En un litigio, todo puede suceder, por lo que preguntamos, si la decisión no es favorable, ¿se aceptará? La sola posibilidad es incómoda para el diplomático, pero responde: “Sí. Belice hizo un referendo para preguntarle a la población si el gobierno debe de ir a la Corte y dijeron Sí. También, la Constitución de Guatemala dice que ellos tenían que ir a su cámara alta para preguntar, si vamos ahí, pues vamos conociendo que cualquier cosa que se decide ahí, la tendremos que aceptar. Será un poco difícil, porque este fue un proceso muy largo, lucharon ambos partes, tanto en Guatemala como en Belice, para decir esto va a la Corte, si no, nunca se va a resolver”.

 

Pasamos a los otros desafíos de Belice: “Si yo tuviera que elegir alguno sería la pandemia global de COVID y el cambio climático, porque tenemos una frontera con el mar Caribe y nos está afectando a las islas y a las comunidades que viven cerca del mar. También está la supervivencia de las pequeñas unidades económicas en esta economía global. ¿Cómo vamos a hacer para que nuestros productos puedan entrar en ciertos mercados y no perder? Porque usted sabe que, en las relaciones, si nosotros mandamos productos, pues tenemos que aceptar productos de países grandes y ahí se puede tener algunos problemas”.

 

Añade: “La migración irregular se ha convertido en un problema muy grave, no sólo para un país, sino para toda la región. Cuando cierran algunas áreas en la frontera con Guatemala y con México, pues buscan cómo viajar. Nosotros ya tenemos comunidades grandes de migrantes de El Salvador, Nicaragua, de Guatemala y de Honduras. Tenemos una población de 380 mil y ahora hay como 80 mil personas sin documentos, que están viviendo en Belice”.

 

“El Gobierno ya empezó un programa para aceptar como 40 mil personas que ya están viviendo en el país y que tienen cinco, siete años trabajando, muchos con bebés que nacieron allá, para documentarlos, darles la residencia y después la nacionalidad. Para una población de menos de 400 mil personas, esto va a cambiar demasiado en sociedad y demografía. Como gobierno y como autoridades tenemos que ver cómo vamos a dar servicios de salud, educación y fuentes de empleo”, añade.

 

El reto es complicado: “Nuestra gente dice ‘nosotros necesitamos servicios también, ¿qué vamos a hacer?, ¿qué va a hacer el gobierno?, ¿van a aceptar a más gente?, ¿cómo va a impactar a los servicios?’. Eso va a ser un problema que el gobierno tiene que a ver cómo lo va a arreglar”.

 

Las consecuencias de la pandemia han sido duras, reconoce: “Más del 60% de nuestra economía depende en turismo y tuvimos que cerrar nuestras fronteras casi un año y medio, incluyendo nuestro aeropuerto internacional. El turismo se fue casi a cero en un día. 60 mil personas perdieron sus empleos. Ahora, otra vez, están llegando los cruceros y ya abrimos otros vuelos, estamos, más o menos, al 90% de lo que estábamos antes del COVID”.

 

Oscar Lorenzo Arnold

 

Los compromisos con el medio ambiente, nos dice, han ayudado a obtener financiamientos gracias al apoyo de organizaciones como The Nature Conservancy: “Se va a pagar mitad de esos préstamos, es un ahorro como de 500 millones de dólares, pero nos comprometemos a no hacer inversiones petroleras en el mar por 30 años y dejar un porcentaje de nuestro país como suelo de conservación.

 

Ya en el tema de las relaciones bilaterales, las califica como buenas: “México siempre nos apoya. Cuando luchamos para ganar nuestra independencia de Gran Bretaña, en 1981, México fue el primer país que mandó un embajador a Belice, dos días después de tener nuestra independencia”.

 

“El año pasado mi primer ministro visitó México dos veces, en menos de dos meses, para una reunión de SICA (Sistema de la Integración Centroamericana) y también con una reunión bilateral con el señor presidente López Obrador y con el canciller Marcelo Ebrard. Cuando mi primer ministro me preguntó si quería ser embajador de Belice aquí en México, me dijo que la relación es bastante importante para nosotros y no tenemos un acuerdo económico con México y eso es algo que él quería que yo trabajara. Ya empezamos algunas reuniones”.

 

Trabaja también en estrechar lazos culturales: “Esa es una de las inversiones que, como embajada, vamos a hacer. En el sur de México, en Quintana Roo y Yucatán, sí conocen algunas áreas, la frontera y la Isla de San Pedro que es muy conocida para el turismo, ahí tenemos uno de los únicos cenotes que se encuentra en medio del mar, es un hoyo espectacular conocido a nivel mundial. Uno de los trabajos que voy a hacer aquí, como embajador, es realizar eventos culturales y gastronómicos para dar a conocer las culturas que tenemos. Ahí tenemos la gran historia de los mayas, como aquí en México y en Guatemala. En la Guerra de las de las Castas, bastantes mexicanos fueron a Belice y ahí se quedaron y empezaron sus vidas. Yo tengo familia que vive en Quintana Roo y Yucatán, más que vecinos somos familia, somos hermanos y hermanas”.

 

Hace patente su interés por el Tren Maya: “Nosotros estamos un poco entusiasmados para ver cómo podemos hacer que el Tren Maya llegue a la frontera. Son menos de tres kilómetros, hablando del aeropuerto de Chetumal, donde va a tener una estación. Mi colega de Panamá quiere que el Tren Maya llegue hasta Panamá y hay bastantes ventajas”.

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