Revista Personae

MISTERIO FEMENINO FRENTE A LA MIRADA MASCULINA

COMPARTIR

Facebook
Twitter

Los hombres generalmente cargan consigo mismos modelos de mujer en su interior de forma inconsciente, es decir, lo llevan tan tatuado que ni cuenta se dan, por ejemplo, el modelo de madre, hija, esposa, hermana, virgen, ama de casa, etc… se extravían de la Mujer (como representación global de lo femenino) y dejan de “ver” a la mujer de carne y hueso con la que se acuestan, con la que tienen relaciones sexuales, con la que comparten su vida…

 

Un aspecto muy importante, para que los hombres puedan verdaderamente compartirse en libertad con la mujer, es ir madurando en su interior hasta que logren reconocer a su compañera como un ser humano con individualidad propia y no como a un conjunto de ideas, bloqueos y reacciones inconscientes (Fiel). Los hombres sufren en silencio y en ocasiones no tan en silencio, porque se vuelven violentos y se frustran al comparar continuamente a la Mujer que albergan en su interior, con la mujer que tienen a su lado, esto les hace sentirse insatisfechos.

 

Sucede que dentro de los hombres (por lo menos en un alto porcentaje de ellos) en lo profundo de su ser, habita el fantasma del miedo que siente hacia la mujer; ese miedo les impide poder relacionarse con ella libre y creativamente, además de no aceptarla plenamente como un ser complementario; sin embargo, el hombre ni siquiera es capaz de reconocerlo uno, porque puede ser que ni siquiera se dé cuenta, dos, puede ser que se dé cuenta, pero es socialmente incorrecto y no aceptado por la “imagen que se vende” y tres, NO sabe conscientemente y manipula a su antojo a las mujeres. Sin embargo, existe una cuarta opción que algunos hombres (aún muy pocos) están tomando y es que afrontan sus fantasmas con respecto al miedo a las mujeres y deciden realizar los cambios necesarios para vivir una sexualidad plena de pasión, libertad, complemento y éxtasis con la mujer con la que intiman.

 

Misterio Femenino frente a la Mirada Masculina

 

No hay que dejar de lado que las mujeres hoy en día ocupan posiciones sociales, profesionales y económicas que han alcanzado y que en un pasado ni si quiera lo soñaban. Esto ha implicado que puedan tomar decisiones libres de dependencias con respecto a su vida sexual, es decir, hoy pueden decidir cómo, cuándo y con quién se acuestan en forma autónoma, lo cual asusta al hombre en cuanto a su potencia o impotencia sexual porque las dudas en cuanto a su virilidad se incrementan. Este tipo de mujeres no quieren a su lado un amigo, un padre o un hijo como su amante. Más bien, un hombre capaz de intimar y entregarse.

Si tú eres un hombre que no es capaz de disolver y enfrentar tus miedos ante la mujer, entonces, aunque haya muchas mujeres por todos lados, tú permanecerás aislado de todas. En tanto no seas consciente de que el arquetipo materno domina inconscientemente tu vida sexual y social con las mujeres, tu masculinidad se verá continuamente mermada e incapaz de complementarse con la feminidad.

 

Por otro lado, engloba las situaciones antes de si el hombre que ha logrado el equilibrio y la armonía de las energías de lo masculino y lo femenino en su interior, sabe que las cualidades de la energía masculina, libres de bloqueos, son: la capacidad para materializar los objetivos, la fuerza creativa necesaria para alcanzar metas definidas y con ello, la definición de la personalidad individual, el saberse un hombre separado y perfectamente consciente de su “yo” concreto además, adquiere la capacidad de caminar por sí mismo sin imitar modelos de hombría, virilidad y seducción puesto que ya no es movido por las fuerzas del inconsciente o instintivas de los modelos de hombría impuestos por los demás y por los medios externos. En cuanto al equilibrio y armonía de las energías femeninas, sabe desarrollar dicha energía global que nace de la fuente y del misterio del ser esencial, es decir, que adquiere la habilidad de proyectar las cosas antes de materializarlas porque las conoce de forma oceánica, desde su interior, y por lo tanto, antes de dividir o clasificar las experiencias de vida y de su sexualidad.

 

Si esto lo extrapolamos al hombre y a la mujer esféricos (cuyas energías masculina y femenina en equilibrio), completos y complementarios en una relación de pareja y/o en una relación de intimidad sexual, el hombre, con mayor energía masculina, moldea y da forma y dirección a la mujer, quién tiene más energía femenina, con la cual, juntos, crean algo que antes no existía. Pero, no se mal interprete la información ya que ambas energías se necesitan y se complementan así que ninguna es más importante que la otra. De igual forma, hombre y mujer son representaciones diferentes, pero complementarias de la vida y energía sexual.

El hombre que integra ambas energías en su interior sabe que, al estar con una mujer, debe ayudarla a manifestarse, a plasmar en la realidad de su entorno, el amor incondicional, el éxtasis, la magia, la pasión y la alegría que elevan el potencial de ambos en una manifestación creativa de la vida íntima de pareja y la consecuente expansión de la individualidad de cada uno. Cuando ambos cooperan y se adoran mutuamente en la verdadera entrega sexual, surgen una infinidad de formas creativas y nuevas a su alrededor.

 

El hombre aporta la individualidad, crea dirección, separa y materializa; la mujer, por su parte, aporta la generación como una fuente sin límites, el flujo de energía desde la nada y refleja la unidad de todo lo creado en el acto amoroso. En este tipo de encuentros amorosos están presentes, armoniosamente, ambas energías (masculina y femenina) en ambos participantes de formas alegres cargadas de éxtasis y unidas en una acción común.

 

Para ello, los hombres deben comprender que no es posible ya la represión, la destrucción ni la persecución hacia las mujeres (no, sin descartar la opresión castrante, hacia los hombres, por parte de un matriarcado que también daña). Comprender que cuando el hombre y la mujer están enfrentados ambos degeneran y sufren.

 

Sin embargo, para lograr vivir este tipo de encuentros sexuales y profundamente íntimos, el hombre debe saber que la masculinidad agresiva y machista se contrapone con la masculinidad sensible, creativa y consciente puesto que son antagónicas y provocan conflictos a aquellos hombres que “pretenden ilusoriamente combinar ambos polos”. El hombre que se determina y da un salto cuántico hacia este nuevo tipo de masculinidad, honra a lo femenino.

Asimismo, si tú, como hombre, buscas el equilibrio de ambas energías en ti y trabajas al respecto, transformas tu propia masculinidad adquiriendo consciencia, sensibilidad y creatividad, entonces, dejas ser a cada mujer tal cual es, sin intentar cambiarla ni mejorarla porque ahora tienes claro que cuando dominas a una persona, se crea una desarmonía y esta misma desarmonía, antes o después, acabará con la relación. Muchas veces, este dejar en libertad a la mujer, te puede generar miedo y angustia, pero es necesario que logres transmutar eso en aceptación y amor incondicional.  Si con esto, la relación se termina, es porque, en lo profundo, ambos desean dejar relación y continuar cada uno por su lado. Por ejemplo, cuando sientes la necesidad de saber quién eres con otras personas y por otros caminos.

 

Uno de los aspectos centrales que tienes que tomar en cuenta como hombre frente al misterio femenino, es que no se trata de que te vuelvas blando ni de que tus características “malas” de tu persona se vuelvan “buenas”, de lo que se trata es de transformar tanto tus celos, obsesiones sexuales, fantasías, frustraciones, orgasmos, eyaculaciones, ira, rencor y miedo, en Consciencia, es decir, si adquieres consciencia de la forma en que te relacionas con una mujer y del caos emocional resultante de ello para ti, entonces, trasciendes tus aspectos oscuros y luminosos de tu sexualidad para empezar a explorar un tipo de vivencias en el que predominan la capacidad para mantenerse enfocado y en consciencia unificada, que, a su vez, te permite vivir un cambio profundo, ya que mientras buscas el equilibrio vas creando lo nuevo.

 

Misterio Femenino frente a la Mirada Masculina

 

Por otro lado, mientras te sientas ignorante frente al misterio de lo femenino y te sigas buscando a ti mismo, inconscientemente, en cada mujer con la que intimas, crearás miedo, persistirá la necesidad de controlar y tener poder sobre la mujer, te sentirás separado de ella.

 

Otro aspecto que es importante que los hombres tomen en cuenta, frente al misterio femenino, es que, a partir de mediados de los años 70, las mujeres integraron progresivamente ciertas energías a su vida, que les permitieron decir exactamente lo que querían decir y así, adquirieron el poder de cortar sus relaciones de pareja cuando lo consideraran necesario… De este modo, los hombres necesitan colmar, hacer frente y armonizarse con el misterio de lo femenino.

 

Dependiendo de tu nivel de integración con respecto al misterio de lo femenino, te vas a relacionar con una pareja, fundamentalmente, de las siguientes formas:

Sin pasión en la sexualidad, vives más con una amiga que con una amante: Hablan mucho, pero tu rol es más de padre, hijo o hermano. La chispa del erotismo ha mermado y te sientes insatisfecho, pero muy apegado a la mujer.

Las relaciones sexuales son muy esporádicas.

El placer es el que manda pues sólo importa la sexualidad. Vives el presente sin comprometerte. Todo es visceral e irracional porque tus obsesiones sexuales imperan así, lo que te importa es puro sexo a como dé lugar y con quien sea.

Te enfocas en acumular poder y en la autoestima personal. Intentas controlar tu vida y la de tu pareja. Sólo te importa tu ego, tus conveniencias sociales y tus creencias limitativas. La lucha entre masculino y femenino es fuerte.

-Buscas a la mujer como complemento. Hay confianza, sentimiento mutuo, entrega sexual, intentas ir parejo con ella. Sabes dar y recibir.

Una vez integradas ambas energías en ti, te transformas en un ser esférico y completo y encuentras una mujer completa igual que tú y ambos comparten su camino en amor y alegría, en pasión y éxtasis.

 

 

Psic. Jaquelin Machado G.

F.b: Sexualidad Sagrada

SALUD

Núm. 300 – Noviembre 2024