¡MUÉVETE CON CONSCIENCIA!
Movimiento psicocorporal y salud
- PSICOLOGÍA
- Amaranta Méndez
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La vida es movimiento. Todo se mueve, no lo percibimos tan fácilmente a menos que la velocidad o el tamaño lo hagan visible. Un movimiento muy notorio es el del día y la noche, la marea, la lluvia, una cascada, un huracán. Existen movimientos menos perceptibles, pero no por eso inexistentes como la apertura de una flor o el desgaste de una roca.
En la secundaria nos enseñan que todos estamos compuestos de átomos que no paran de girar, no me imagino qué pasaría si dejaran de hacerlo, ¿se caerían a algún lugar? ¿Qué pasaría con la fuerza de gravedad? ¿Saldrían disparados para todos lados y nos desintegraríamos? ¿Sientes cómo se mueven tus átomos?
El movimiento más fácil de percibir es el del cuerpo cuando caminamos, respiramos, parpadeamos, comemos, cuando escribimos o nos desplazamos, por ejemplo. Aunque no siempre estamos tan atentos a ellos, ¿tú sí? ¿Sabes cuántas veces parpadeas en el día? Hay otros movimientos más imperceptibles, como el de los intestinos, el estómago, el hígado, el útero, el corazón. Estos movimientos pueden sentirse un tantito más si practicas la atención y la presencia. En las neurociencias les llaman interocepción, ésta es la capacidad de sentir dolor, calor, frío, placer, ganas de comer, de ir al baño…, es así como interpretamos los movimientos orgánicos. La interocepción es de relevante importancia para la vida, es la brújula para sentir seguridad en el propio cuerpo y en presencia de otras personas, asimismo en ciertos lugares.
En lenguaje coloquial les llamamos presentimientos, éstos nos ayudan a identificar situaciones de seguridad o riesgo, como cuando se encoje el estómago ante una persona o en un lugar, o cuando le sudan las manos a alguien que tiene miedo. ¿Te ha pasado? ¿Qué tan atenta eres a los movimientos de tu cuerpo, de tus órganos? ¿Eres consciente del movimiento y la velocidad de tus pensamientos? ¿Qué tal con tus emociones?, ¿te has percatado cómo es que cambias de emoción en emoción a lo largo de tu día? ¿Cuántas veces te enojas o te alegras?
Hay otro tipo de movimientos, éstos son metafóricos, como “moverse de lugar”, y no sólo físicamente, también moverse de lugar en la escala social, cambiarse de casa, o “subir” el nivel académico. La trillada frase: “sal de tu zona de confort”, te puede dar una idea.
El movimiento que me importa ahora es acerca del cuerpo, el movimiento consciente del cuerpo, un movimiento voluntario y saludable que puede ser lento o rápido, lo importante de éste es la atención que ponemos al realizarlo. Se le suele llamar movimiento somático o psicocorporal. ¿Has experimentado este tipo de movimiento? Si no lo has hecho, te cuento de qué va.
¡Tu cuerpo está vivo! Sí, está vivo porque funciona en sus necesidades biológicas básicas. Tú, ¿te sientes vivo? ¿Cómo te sientes en cuanto al propósito, dirección y sentido de tu vida? ¿Qué tal tus sensaciones físicas en relación con tus emociones y con las experiencias que tienes en tu día a día?
Moverte te hace amigo de tu cuerpo. Moverte te hace sentir vivo. ¿Qué sientes cuando estás sentada varias horas frente a la computadora o al celular? ¿Te duele algo? ¿Te sientes alegre (sin ver memes)? ¿Te sientes vital?
Moverte influye en tus sensaciones corporales; tus sensaciones corporales influyen en tus emociones y tus emociones en tus pensamientos. Si no te mueves, no estás moviendo alguno de estos aspectos. Por lo mismo, es importante que, de vez en cuando, te levantes de tu silla, te estires, inhales profundo, sacudas tus piernas, muevas tu cuello, hombros, cadera, para que no te quedes tieso, para que tus articulaciones no se entumezcan, para que tus músculos tengan irrigación sanguínea. Los músculos de tu pelvis, nalgas y piernas están constantemente aplastados por la silla, por la mala posición en que sueles sentarte, por eso te duelen. Cuando algo te duele, te genera preocupación, tristeza, miedo; estas emociones, a su vez, te hacen pensar en fatalidades. Pensar fatalmente alimenta tus emociones y sensaciones, encerrándote en un loop que te hará correr al doctor y llenarte de más miedo y medicamentos.
Es más, mientras lees estas líneas, te animo a hacer una pausa, levantarte de tu silla o sillón, pararte de puntas al mismo tiempo que estiras tus brazos hacia arriba e inhalas profundamente, luego exhala despacio mientras vas bajando brazos y talones de los pies, finalmente, sonríe. ¿Algo cambió en tu cuerpo y en tus sensaciones? ¿Cómo te sientes? Haz este brevísimo movimiento cada vez que te acuerdes o cada hora. Cuando lo haces voluntariamente y en plena auto observación de lo que sientes, se convierte en un movimiento somático o psicocorporal porque no te moviste en automático, pusiste tu observación y tu atención en la postura, las sensaciones y después lo llevaste a la reflexión para ponerle nombre a cómo te sientes, has pasado por varias conexiones cerebrales al hacer esto. Además, lubricaste tus articulaciones de tobillos, rodillas, cadera, hombros y rostro. Al levantar los brazos, tus espacios intercostales se abrieron, esto ayudó a que entrara más aire en tus pulmones, tu sangre también se llena de él y se limpia, tu cerebro se oxigena mejor; incluso se te puede quitar la flojera o te sientes más despierto, más viva, piensas mejor. Esto hace que también te muevas de lugar metafóricamente hablando.
Puedes hacer lo mismo durante el día. Te animo a jugar a que te auto-observes en ciertas posturas, movimientos y reacciones ante los demás. ¡Anímate! No lo hagas como obligación, lo puedes hacer como un experimento, una autoexploración y un juego.
Para finalizar, sólo te digo:
Recupera tu cuerpo. Recupera tus sensaciones internas y externas. Recupera tu relación con el espacio. Recupera tu movimiento. Hay muchas formas de hacerlo, puede ser danzando, moviéndote lentamente, o rápido, observando tu respiración y explorando distintas formas de respirar por la nariz, por la boca, pausado, agitado, apretando o inflando el estómago, etc. Así juegan y se exploran los niños. Te invito a imitar los juegos de niñes y conocerte mediante la experimentación. Recupera tu curiosidad y creatividad de la infancia.
Estoy segura de que, si lo haces cotidianamente, mejorará tu movilidad articular, tu estado de ánimo, así como la forma en que ves la vida y tomas decisiones. Puede ser que al principio te cueste trabajo, pero con el tiempo te será más fácil y hasta te inventarás nuevas formas de explorarte. También es recomendable y exquisito alternar entre el movimiento y la quietud, de eso, te hablaré en otro artículo.
Si quieres aprender más del movimiento consciente, somático o psicocorporal de una manera lúdica, gozosa y en grupo, te espero en las 13 Danzas Espiral del Gozo. Estas danzas están diseñadas con diversas técnicas de movimiento corporal para que, de manera sencilla y divertida, te muevas y accedas a la información que te brindan tu cuerpo, tus emociones y tus pensamientos. Cada sesión se hace quincenalmente (el segundo y el cuarto sábado de mes). Con cada danza utilizamos ejemplos y metáforas diversas de la naturaleza para aprender de ella y honrarla mediane el movimiento.
Te espero en Ciudad de México en: Entendiendo mi ser y en Quincunce. Próximamente en San Luis Potosí a finales de marzo: Estaré en el Day Retreat – Alquimista Femenina en Yoga Lab con Karmuka Yoga.
Para más información puedes entrar a mi Ig: @gozo_gozar_gozando