Revista Personae

NO ES SUERTE 

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Pensar que la suerte es la que determina el éxito en la vida, es esperar que las cosas sucedan por arte de magia, y no es así, hay que aprender a tomar decisiones y construir un proyecto de vida interesante que satisfaga las expectativas, y esto se logra mediante habilidades emocionales, como el control de impulsos y un eficiente desempeño mental. 

 

NO ES SUERTE

 

Se puede decir que la suerte existe, pero “como creencias o explicaciones que mantiene una persona o un grupo sobre la relación entre sucesos independientes; y, como tal, estas creencias pueden ejercer una indudable influencia en las decisiones, acciones, costumbres y relaciones”.

Sin embargo, no hay que dejarlo a la suerte, se deben centrar los pensamientos en desarrollar herramientas emocionales y un plan de acción con base a una planificación estratégica, pero también pueden aparecer inconvenientes en la toma de decisiones que interfieren en los procesos psicológicos, como pueden ser, los miedos y el estado emocional del momento. Hay que prever las consecuencias que puede originar la falta de sentido común y realizar un análisis antes de tomar una decisión.

 

NO ES SUERTE

 

CREER

Creer en sí mismo, es confiar ciegamente en que se puede lograr lo que el individuo se propone, es una actitud positiva de confianza y seguridad en todas las áreas de la vida. Desafortunadamente no siempre se cuenta con esa autoconfianza y autoestima y se sabotean las decisiones. En ese instante el cerebro se boicotea con información negativa que no permite alcanzar lo que se espera y se es presa del desánimo. Y, por tanto, el pasado también juega un papel importante ya que por medio de los recuerdos emocionales que han dejado huella, pueden ser positivos o negativos, y que, además, llegan a la mente como pequeños episodios de una película, con final feliz o causan sentimientos encontrados, cuando esto sucede, la mente se invade por pensamientos desalentadores que sucumben al no poder satisfacer los deseos y aparece la frustración. 

El pasado cumplió un objetivo, aprendizaje que se transforma en sabiduría y hay que dejarlo dormido cuando solo causa malos recuerdos. No deben quedar heridas abiertas del pasado, porque las emociones descontroladas obstaculizan la felicidad. 

Hay que empezar a autorregular las emociones, bajo una luz positiva y reconocer las fortalezas y debilidades, mediante el manejo de sentimientos y, como ya hemos visto, para creer, hay que recordar la frase de Sócrates “Conócete a ti mismo…”, la conciencia de los propios sentimientos en el momento en que se experimentan.

Es decir, para poder creer en sí mismo, hay que iniciar por conocerse, caerse bien y amarse. Después se genera confianza y seguridad, desarrollando un potencial intelectual alto, mediante las habilidades emocionales. 

El pensamiento de Daniel Goleman, psicólogo de renombre internacional, reconoce: el papel de las habilidades emocionales. “Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas también tienen más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad; las personas que no pueden poner cierto orden en su vida emocional libran batallas interiores que sabotean su capacidad de concentrarse en el trabajo y pensar con claridad”.

 

TOMA DE DECISIONES 

 

TOMA DE DECISIONES 

En el momento de tomar alguna decisión, influye el estado anímico y los procesos cognitivos. Así mismo, se debe gestionar las emociones de una forma eficiente, aceptando los desafíos al procurar resolverlos en lugar de renunciar. 

Además, en la toma de decisiones, hay que tomarse el tiempo necesario para analizar las diferentes opciones que puedan garantizar el resultado deseado. Por tanto, es la capacidad de afrontar correctamente y prevenir situaciones futuras. 

Ahora bien, cuando el resultado no es el esperado se genera un caos emocional y se desarrolla un diálogo interno de autoregaño, que es cuando se experimenta ‘sentirse en un callejón sin salida’. Una vez que se presenta la situación desfavorable, se debe analizar qué fue lo que no se tomó en cuenta al momento de la elección y dejar de canalizarlo al lugar de los lamentos. 

Hay que recordar que todos los días tomamos decisiones, es parte de la vida, muchas de manera inconsciente y otras de forma consciente. En ocasiones somos asertivos y es cuando entramos en un estado de estímulo positivo y disfrutamos de los beneficios que genera.  

Sin embargo, la mayor parte de la toma de decisiones está condicionada por diferentes factores, algunos externos, así como, las emociones juegan un papel importante y condicionan el resultado final. 

 

VENCER EL MIEDO

El miedo es parte inherente al ser humano, es una forma de expresión de alerta para poder sobrevivir. Cuando no se controla esa carga emocional el pulpo energético se pone en contra y ocasiona que afecte los patrones de comportamiento y altere el estado de ánimo. 

El papel de las emociones y el control de las mismas, demuestran que, el autodominio es tener la capacidad de manejar el estado emocional que provoca el miedo. “El objetivo es el equilibrio, no la supresión emocional: cada sentimiento tiene su valor y su significado”. Pero es necesario que guarden un contrapeso.

El miedo es un estado emocional momentáneo, no hay que dejarlo que se instale permanentemente en la antesala de las emociones para evitar que ocasione un caos. “El miedo llamo a la puerta, la confianza abrió y afuera no había nadie”. Proverbio chino. 

 

ACTUAR

La procrastinación impide lograr las metas y realizar los sueños. Se debe de actuar. “El no dejar para mañana lo que se puede hacer hoy”. 

Hay que levantarse todos los días, con objetivos, tareas planeadas, comprometerse con cada proyecto personal y llevarlos a la acción, con la mente dirigida al logro de los mismos y desarrollar estrategias para garantizar que se cumplan en tiempo y forma. 

El actuar es un proceso que lleva implícito el impulso, es estar en estado activo, en movimiento constante, no quedarse fijo esperando que las cosas sucedan por si solas. Es necesario sentirse motivado, con la mira en un objetivo y cuidar que las acciones se ejecuten. Es decir, ser el protagonista de la historia y no un simple espectador. Reconocer que nada se da por sí solo y qué hay que actuar para que las cosas sucedan. 

 

ESFUERZO DIARIO 

Cada día aparecen dos caminos de elección, el que lleva al éxito o el que no permite avanzar y se acompaña de la procrastinación; ya que toda recompensa representa un esfuerzo diario. Realizar tareas y el trabajo constante para poder enfrentar los retos de la vida con perseverancia y constancia. 

Trabajar desempeñando satisfactoriamente labores profesionales o de estudio. Se acompaña del trabajo interior para fortalecer las áreas de oportunidad y poder culminar satisfactoriamente cada objetivo. 

No es soñar con ganarse la lotería, eso solo es una fantasía. Hay que esforzarse por conseguir lo que se desea, con una actitud activa, de estar en constante movimiento, buscando el esfuerzo constante para poder conseguir lo que se cree merecer. 

 

AGRADECER

Para poder disfrutar de la vida plenamente, no es la suerte la que determina el éxito personal. Nada mejor que agradecer para vivir de forma gratificante. Cada vez que se agradece todo lo que se tiene, repercute en abundancia y prosperidad. 

Las personas agradecidas se sienten satisfechas, no viven deseando lo que no tienen porque eso lleva a la infelicidad. Se conducen por la vida felices y disfrutan una simple puesta de sol. Poseen una fortaleza psicológica y son positivos como parte de su conducta y tiene un impacto favorable en su desempeño personal y social.

“Gracias, gracias, gracias” es un pensamiento corto, pero de gran valor. 

 

AMAR

 

AMAR

El agradecimiento va acompañado de amar. Entre más amor se ponga en lo que se realiza, mayor abundancia en la vida. Es la capacidad de generar una existencia de calidad y es un imán que atrae lo bueno. Cuando se da amor es como una semilla que germina en riqueza interior. 

No pensar que la suerte es la encargada de dar lo que se espera, se debe contar con ciertos elementos cómo se han mencionado en el presente artículo: la persona debe creer en sí misma, la importancia de la toma de decisiones, se debe enfrentar el miedo, actuar, esforzarse diariamente, agradecer y el más importante Amar. Todo lo que se haga debe ser desde el amor así mismo, amar a los demás, amar el trabajo, amar el hogar y la naturaleza, es decir, el amor es el que mueve al corazón a sentirse completo para ser feliz y no es la suerte, lo reitero, lo que da una vida con sentido, es el amor el que toma el timón del barco existencial por medio de las decisiones. 

“Nunca cortes un árbol en el invierno. Nunca tomes una decisión negativa en los momentos sombríos. Nunca tomes tus decisiones más importantes cuando estás de mal humor. Espera. Sé paciente. La tormenta pasará. La primavera llegará”.

Robert H. Schuller

 

Psicoterapeuta Raquel Estrada

racheles_03@outlook.com

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SALUD

Núm. 300 – Noviembre 2024