Revista Personae

SER TU PRIORIDAD

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Ser tu prioridad

Los seres humanos normalmente se olvidan de cuidarse, de autorregular sus emociones, de amarse incondicionalmente por centrarse en el bienestar de los demás, eso sucede con los padres, convierten a sus hijos en su prioridad desde que nacen, se enfocan en cuidarlos, educarlos, protegerlos y cubrir sus necesidades. Sus desvelos comienzan desde que sus hijos son bebés, se enferman, estudian, enfrentan algún problema, aunque el cansancio los consuma y si tuvieran que dar su vida, lo harían sin pensarlo. Así los padres se olvidan de sí mismos, dejan de ser su propia prioridad y viven en función de sus hijos. Sin embargo, está bien amar sin límites, pero sin llegar a descuidarse totalmente.

 

Aunado a lo anterior, los progenitores deben pensar un poco en ellos y convertir su vida en prioridad, no es un acto de egoísmo, sino de amor propio, porque si están bien, van a poder establecer una buena relación con sus descendientes. Es un efecto dominó que permitirá que puedan aportar desde el amor, la mejor versión suya a sus seres queridos.

 

Lo mismo pasa en las relaciones de pareja, hay quien convierte el amor que le tienen a su enamorado, en un amor satelital, toda gira en torno al otro. Dejan de tomar las riendas de su vida y dependen de las decisiones de su compañero sentimental, normalmente se sienten identificados con la letra de alguna canción. “Si tú te vas, ¿qué será de mí? Si tú te vas, enséñame a vivir sin ti…”. Forman una codependencia afectiva y emocional y se olvidan de ellos mismos, a tal grado de convertirse en la sombra de su pareja, no toman alguna decisión sin antes consultárselo. Transforman su personalidad, con base a lo que piensan es lo que le puede gustar a su compañero. Su prioridad hacia su persona no existe y se dedican halagar a su enamorado todo el tiempo, piensan que es la forma adecuada de estar bien en su relación y de que no se vaya de su lado.

 

La balanza de las prioridades

 

La falta de autoestima hace que descuide su persona, teniendo un concepto erróneo de priorizar a la pareja antes que así mismo. Está actitud, lo puede llevar a tomar el camino equivocado, al pensar que amar es sacrificio y padece lo que se conoce como el “síndrome de Wendy”. Este concepto surge de la película Peter Pan. (La persona se sacrifica a tal grado, como en el caso de Wendy con tal de satisfacer las necesidades del otro). Este tipo de conducta es por miedo al abandono o a ser rechazado y harían lo que fuera por lograr ser tomado en cuenta.

 

Como hemos visto, es importante que la prioridad se encamine al bienestar personal; al cuidar la salud física, mental y emocional. Sin ello, es como andar perdido sin rumbo fijo, con una dependencia afectiva hacia la otra persona.

 

Cuando el individuo repara en priorizarse y buscar su propia felicidad, es así, cuando su relación de pareja cambia, porque aprendió amarse, cuidarse y tener una autoestima sana, todo esto se logra a través de terapia para lograr reconciliarse consigo mismo y tener las herramientas necesarias para poder manejar bien su relación de pareja. En un principio su amado se sentirá descontrolado por el cambio, porque dejó de ser el centro de atención, ya que todo giraba en torno suyo, pero si es una persona con la suficiente madurez y amor, buscará darle el apoyo necesario para que puedan lograr una comunión sana.

 

La balanza de las prioridades

 

La balanza de las prioridades

Para conseguir que las prioridades de una persona tengan el balance ideal. Se debe trabajar en regular las emociones y que estas respondan al equilibrio que se requiere para dejar de pensar en buscar satisfacer las necesidades de los demás, antes de las suyas. Darse cuenta de que, si está bien, podrá estar de forma satisfactoria con el mundo que le rodea. También debe consentirse cada vez que lo considere indispensable, como tomar un tiempo de descanso, realizar una actividad que le guste, regalarse una buena comida o hacerse un regalo y jamás sentir culpa.

 

La forma en cómo se trata, tiene que ver cuánto se ama. El no caer en el descuido y dejarse como última prioridad. El expresar un lenguaje de amor desde la aceptación a su persona, hablarse bonito y no ser un juez castigador que solo logra auto sabotearse. Aceptando que puede cometer errores pero que de ellos aprende y puede tener una comunicación sana en todo momento.

 

Por lo tanto, tiene la capacidad de entender sus emociones y busca tener las herramientas indispensables para tomar las mejores decisiones. Con la sabiduría que le han dado los años y la convicción de que cada determinación es bien pensada y analizada. Ese viaje interior que realiza todos los días, lo lleva a conocerse más, y descubrir que tiene un gran potencial para solucionar lo que se presente.

 

En la balanza de las prioridades el ser detallista es un regalo que sabe merece y por eso busca que sea perfecto. Se obsequia un tiempo para sí mismo donde puede irse a un spa para que lo consientan. Escucha la música que le gusta para relajarse y sentirse feliz. Se prepara su comida preferida y eso lo lleva al pasado cuando su madre le enseñó la receta. Busca momentos de esparcimiento con las personas afines a sus gustos y preferencias. Cambia su guardarropa para sentir que merece algo especial y de esta manera disfruta que su prioridad es él y eso le permite estar bien.

 

Todo esto parece un mundo ideal pero cada persona decide cómo quiere vivir. Nunca es tarde para arriesgarse y que su existencia se transforme en algo positivo.

 

Tu prioridad eres tú, amate desde lo más profundo de tu ser, cuida tu paz interior y busca lo que te haga feliz.

 

Psicoterapeuta Raquel Estrada

racheles_03@outlook.com

55-55035476

SALUD

Núm. 300 – Noviembre 2024