Presidente de la Comisión de Agricultura, Ganadería,
Pesca y Desarrollo Rural del Senado de la República
- POLITICO
- febrero 2020
- Patricio Cortés
COMPARTIR
El campo mexicano ha sido, desde hace décadas, un tema complicado donde la pobreza predomina a pesar del generoso clima de gran parte del territorio, de ello charlamos con José Narro Céspedes, Presidente de la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del Senado de la República, quien además ha sido líder de diversas organizaciones campesinas.
Expone: “El principal desafío es lograr la autosuficiencia alimentaria, fundamentalmente apoyándonos con los pequeños productores rurales, lograr que dejen de estar excluidos y abandonados, que se integren al desarrollo nacional y que este sector, que actualmente produce el 11 por ciento de la aportación alimentaria para el campo, pase a tener una producción de 20 o 30 por ciento”.
Glosa: “Actualmente México importa el 48 por ciento de los alimentos, entonces, México está produciendo el 52 por ciento, el 11 por ciento lo pusieron los pequeños productores, en tanto, los grandes productores producen el 41 por ciento. Pero los grandes productores han contado con todo el apoyo del gobierno federal y de las anteriores administraciones, el 95 por ciento del presupuesto se concentró en ese sector y los pequeños productores prácticamente fueron abandonados.
Hoy la política está cambiando, el 95 por ciento o el 90 por ciento del presupuesto para el campo se está concentrando en los pequeños productores, que es lo que se busca.
Ya los grandes productores, con el apoyo que tuvieron y han tenido durante estos 30 años, lograron el 41 por ciento, ya no van a poder incrementar más el tema productivo. Lo que se busca que este otro sector, que son los pequeños productores, que representan cerca de 85 por ciento de los productores rurales, sea el que pase primero al 20 por ciento, posteriormente el 30 por ciento de los alimentos que consumimos. Esto permite que, al terminar la administración estemos produciendo entre el 70 y el 75 por ciento de los alimentos del país.
Refuta a quienes afirman que la soberanía alimentaria es un tema del pasado, carente de importancia por la globalización: “Es un tema fundamental, para que haya soberanía alimentaria y un país sea soberano este tiene que producir sus propios alimentos y la soberanía alimentaria viene de la autosuficiencia alimentaria. México difícilmente podrá tomar decisiones importantes, en el entorno internacional sí depende del 50 por ciento de los alimentos del exterior”.
Otro problema es el intermediarismo, donde el productor recibe cantidades irrisorias por productos que llegan a precios altos al consumidor final, el legislador expone: “Por eso se está implementando en todo el tema de los precios de garantía y todo el tema de las tiendas del bienestar de lo que era el programa de Liconsa. Se está planteando precisamente lograr impactar en la mayoría de la cadena productiva. Si el coyote (intermediario) te pagó 8 pesos o 10 pesos y Sagalmex te está pagando 14 pesos con 50 centavos, ya eso es algo”.
A ello se suman hecho como que la mayor parte de la leche que consumimos viene del extranjero, incluso de otros continentes, explica: “Esa leche viene en polvo, ya perdió importantes valores nutricionales, por eso no es barata, se los quitaron, se usó para hacer sopas, mantequilla, yogures y otros productos. Todavía en el 2018 importamos 57 millones de litros de leche, el año pasado un programa de precios de garantía se importaron 30 millones de litros de leche, nada más se bajó casi un 80 por ciento”.
Se suele afirmar que el latifundio es mucho más productivo, por lo consecuente hay que promoverlo, José Narro, refuta: “No es tan cierto, si los recursos se concentraron en un 95 por ciento en apoyo a la agricultura comercial y de exportación, o sea en el apoyo de los grandes productores, pues es claro que los pequeños están descapitalizados, carecen de transferencia tecnológica y no tienen apoyos. Se habla de entre 12 y 15 millones de hectáreas abandonadas en el campo”.
Fotografía: senado.gob.mx
Otro tema controvertido, que pasa por el campo, es el de la cannabis o marihuana, de cuya legalización es partidario nuestro entrevistado: “Hay una parte de la cannabis que es la cannabis cáñamo que fundamentalmente sirve para la fabricación de fibras que no genera LDS, entonces no tiene efectos lúdicos, es la cannabis rural y no debería haber ningún impedimento de sembrar. Se dejó de sembrar porque en aquellos años la cannabis competía con el algodón en la fabricación de fibra, y los grandes productores y consorcios del algodón lograron vetar esta fibra. La cannabis que produce la sustancia lúdica es la hembra, la que da la flor, no la cannabis macho y entonces hay que tener clara la diferenciación”.
“Ahora en la cannabis lúdica, así como el alcohol, hay que regularla, en partes importantes de México se siembra cannabis. El problema es que los que ganan son la delincuencia organizada, es como el alcohol en aquellos años que llevaban metidos en el negocio el tráfico y el alcohol. Lo que necesitamos es que quien regule el tema de la tenencia sea el Estado mexicano. Esto permite que a los campesinos les pague un buen precio por su cosecha, en vez de que lo pague a precios miserables y que realmente los que ganen sean los intermediarios y esa es la delincuencia organizada. Aparte, habría un impuesto importante por parte del gobierno federal que permitiría tener una buena recaudación”.
El conflicto entre mineras y campesinos es otro problema, ya que al considerarse la minería actividad preponderante, los empresarios mineros pueden legalmente despojar a los campesinos de sus tierras, José Narro propone para proteger al agricultor: “Por eso hay que cambiar el artículo 27 de la Constitución, que el tema de la producción de los alimentos sea una actividad preponderante, estratégica del Estado mexicano”.
De hecho, el actual senador ha tenido más de un conflicto con empresas mineras: “Me han acusado, actúan en base al despojo, al atraco, en base al saqueo, en base a la destrucción de los recursos naturales y a la contaminación. A veces el Estado mexicano, le pone más interés de lo que recauda, que es una miseria por parte de ellos. La mayoría de estas empresas mineras son extranjeras, canadienses o norteamericanas, y, en el marco del Tratado de Libre Comercio, pagan sus impuestos en aquellos países y no en México con el tema de evitar la doble tributación”.
La pregunta, en este caso, es ¿por qué la 4t no ha hecho los cambios necesarios?, el ex militante de PT y del PRD, hoy senador por Morena, responde: “Hay que mantener al país también de pie, mientras se hacen estos cambios y ahorita el tema es levantar la economía nacional. Este es un tema de tiempo ¿me entiendes? Lo más importante es fortalecer la actividad productiva del campo y pasar de la política asistencial a empezar a fortalecer la actividad productiva. Algo ayudan de los precios de garantía, pero ¿la gente cómo produce si no tiene capital?, ¿si es muy caro?, ¿si no hay instrumentos de políticas de fomento? Lo que se tiene que hacer es fortalecer el fomento productivo del país”.
El diagnóstico del senador reclama una pregunta ¿se está haciendo actualmente? Responde incomodo: “No, es algo que no se está haciendo”. Entonces ahí hay un pendiente de la 4T, comento. Serio reconoce: “Es un pendiente, así es”.
Continuando con los desafíos de la comisión que preside, reitera: “Hay que modificar el artículo 27 de la Constitución para lograr que el ejido, la propiedad social de la tierra, sea sujeto de crédito, sea sujeto de derecho. Actualmente en la Constitución se reconocen dos formas de tenencia de la tierra, nada más la pública y la privada y no la propiedad social de la Tierra, eso hay que cambiarlo”.
“Hay que resolver los conflictos agrarios, hay muchas cosas que no se pueden resolver porque no tenemos un código de procedimientos agrarios, usamos un Código de Procedimientos Civiles que es un código privado y la ley agraria es una ley social”, complementa.
Para concluir, pregunto sobre la viabilidad de que los cambios de los que habla sucedan en este sexenio, opina: “Yo creo que son parte de las reformas que el presidente plantea para la segunda mitad de su gobierno”.