Revista Personae

LILYBETH R. DEAPERA

Embajadora de Filipinas en México

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Filipinas es una nación con la que compartimos lazos culturales más cercanos de los que muchos creerían, de ello y más charlamos con la Excelentísima Señora Lilybeth R. Deapera, su embajadora en México.

Nos recuerda que este año las relaciones diplomáticas cumplen 70 años, aunque, en realidad son bastante más añejas, pues Filipinas fue colonizado de España vía el virreinato de la Nueva España sumado a los nexos comerciales de aquel mítico el galeón de Manila Acapulco: “Ahora estamos trabajando en México para mejorarlas, para hacer más negocios y sobre temas políticos, pero, también estrechar un lazo cultural importante”.

Como ejemplo, nos refiere que recientemente ha habido conferencias e intercambios gastronómicos, donde se difundió que aprendimos a preparar bebidas emblemáticas como el mezcal y el tequila gracias a ancestros filipinos, ya que sus marineros trajeron técnicas de fermentación.

 

Lilybeth R. Deapera, embajadora de Filipinas en México

 

Entre las similitudes nos cuenta que en Filipinas hay jícamas y la china poblana proviene de allá, “hay muchas cosas que estamos aprendiendo sobre nuestra relación que es muy cordial. Estamos trabajando juntos en muchos lugares, como en las Naciones Unidas, sobre temas como el cambio climático, el tráfico de personas, los derechos humanos, se puede decir que existe una alianza entre Filipinas y México”.

 

Nos expone que trabajan en generar un marco jurídico para atraer inversionistas y han tenido importantes acercamientos entre inversionistas: “Fuimos con los miembros de ASEAN (Asociación de Naciones de Asia Sudoriental) y también tuvimos una charla con COMCE (Consejo Mexicano de Comercio Exterior de Occidente) para que también ellos inviten sus miembros y así, presentarles a Filipinas, Indonesia, Vietnam, Tailandia y Malasia, miembros de la ASEAN”.

 

“Estamos buscando qué productos les podemos ofrecer a los inversionistas mexicanos. (Si usted hace una inversión) Nos sentimos seguros pues en Filipinas, tenemos un gran mercado, y está creciendo el Producto Interno Bruto”, comenta.

 

“Tenemos un inversionista filipino en Colima, en el puerto de Manzanillo, que está haciendo inversiones para facilitar el intercambio logístico de mercancías. Se colocó un sistema para cuidar que no haya drogas ni cosas ilegales como contrabando, igualmente se cuida del medio ambiente con sistemas de cero emisiones de carbono, es el primero en México y en la región centroamericana”.

 

Sobre los retos de su nación, destaca: “Tenemos muchos filipinos fuera del país y después del COVID, muchos de ellos decidieron regresar a Filipinas porque no hay trabajo en los países donde laboraban. Fue muy duro para nosotros, porque además de perder una fuente de ingresos con las remesas, ellos tienen que buscar trabajo allá, temporalmente. Por el problema de COVID, toda nuestra economía fue casi, casi, cerrada. Ahorita ya estamos abiertos al turismo, tenemos muchos turistas que van a Filipinas desde Japón, Corea del Sur y China, pero hay problemas también con el costo, ha subido mucho el transporte, es muy caro, en cualquier lugar del mundo”.

 

Lilybeth R. Deapera, embajadora de Filipinas en México

 

La crisis económica provocada por la guerra europea, que se sumó a la pos-pandemia, también ejerce presión: “El costo de la energía en Filipinas es muy alto porque nosotros estamos importando combustibles, pero lo estamos manejando muy bien. Por ejemplo, nuestro gobierno está buscando la manera de incrementar el uso de energías limpias, entre otras cosas, para reducir los efectos en nuestra economía. Estamos trabajando en la energía solar, biocombustibles, otras fuentes de energía, es paso a paso, poco a poco”.

 

La relocalización de cadenas productivas es un fenómeno mundial, por lo que cuestiono a la diplomática cómo afecta a su nación, explica: “Como otros países, eso es algo que nosotros tenemos que estudiar porque, aunque tenemos un mercado grande, incluidos los otros países del sureste asiático, ellos están produciendo las mismas cosas. Entonces hay empresas que, por ejemplo, anteriormente producían ropa y después produjeron cubrebocas, están tratando de encontrar la manera para seguir produciendo. Hay mucha gente que está analizando mejorar el ambiente y pensando en producir cosas benéficas para nuestro planeta. Hay un movimiento que plantea que lo más importante no es tener mucha producción si estamos dañando a la tierra; entonces ok, sí, yo quiero tener más ganancia, pero también sé que tengo que cuidar mi territorio, mi comunidad”.

 

El cambio climático plantea nuevos desafíos: “En años pasados tuvimos muchos tifones, muy fuertes… Por ejemplo, en 2013 tuvimos el tifón Haiyan en la parte sur de nuestro país. Anteriormente, no pasaban por en medio del país, sino entre las islas. En 2013 empezó una fuerte oleada, se destruyeron muchas comunidades y también, en parte, porque nosotros no teníamos esta idea de marejada ciclónica. Sabemos que los tsunamis son efecto de un sismo, pero las marejadas causadas por el tifón fueron mucho más destructivas.”

 

Tras la dura lección que dejó devastación y muchos desaparecidos, han tomado medidas: “Aprendimos mucho, tenemos una agencia de gobierno sobre desastres. Estamos listos, hay provincias donde hay productos básicos, agua, comida y provisiones. Si algo pasó por aquí es más fácil, vamos a abrir este almacén y distribuir”.

 

Lilybeth R. Deapera, embajadora de Filipinas en México

 

La apertura a las recomendaciones es otra estrategia: “Hay muchas organizaciones no gubernamentales que también están involucradas en los temas de inclusión de las mujeres, el cambio climático, etcétera y que están ayudando a nuestros paisanos para saber más. El gobierno está invitando a líderes para aportar ideas”.

 

“Hay muchos grupos indígenas que tienen conocimiento y nuestro gobierno los escucha y dice ‘ah, ok son ideas muy útiles’. Ellos llevan sobreviviendo mucho tiempo sin los electrodomésticos. Anteriormente, un terreno no era de usted ni mío, ellos están cuidando la tierra no para vender más. Están pensando que estamos produciendo muchas cosas, poniendo muchos fertilizantes y dicen ‘ese no es nuestro sistema, no es nuestro conocimiento, no es la manera que nosotros estamos cuidando nuestra tierra’”.

 

Otro tema a destacar son las tensiones por diferendos territoriales con China, al respecto la diplomática comenta: “Nos basamos en el principio de legalidad internacional, estamos pensando que ‘ok usted está reclamando esta cosa, nosotros también, vamos a presentar nuestros alegatos’, pero China no quiso participar. Entonces, aunque nosotros ganamos sobre este tema, ellos están diciendo que no, no es algo que quieran reconocer, porque no fueron al tribunal. Pero poco a poco, esperamos que ellos algún día lo entiendan. Filipinas quiere que se cumpla el Derecho Internacional y los acuerdos internacionales que China no está reconociendo”.

 

La embajadora Lilybeth R. Deapera es una mujer de carácter agradable que narra su arribo a la diplomacia por una anécdota familiar: “Cuando estaba en primer año de primaria, tuve que dar una charla o discurso y yo pedí ayuda de mi padre, él hizo una presentación o intervención como embajador y yo pregunté ¿Qué es un embajador? Y él respondió: “Es alguien que representa a nuestro país”, y según de mi madre yo dije: “Yo voy a ser un diplomático” y aquí estamos, aunque lamentablemente no llegó a ver que lo soy ahora”.

POLÍTICA

Núm. 300 – Noviembre 2024