50 SEGUNDOS A 12 HORAS DE ALERTA
- VERSO CONVERSO
- diciembre 2023
- Ing. Carlos Miguel Valdes Gonzalez
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Desde siempre ha estado en la mente del ser humano el anticipar en algunos eventos o poder ver un poco al futuro. Saber si hará frío, calor o lluvia, epidemias, sismos, erupciones, etc. Se convirtió en profesión de magos, chamanes, brujos, hechiceros, argüenderos y demás. Y si atinaban a su pronóstico, su popularidad y respeto crecía. Si no le acertaban, pues pasaban en ocasiones hasta a otra vida. Por eso los sistemas de alertamiento temprano son muy útiles e importantes, pues pueden salvar la vida. Por ejemplo, un detector de humo nos alerta cuando ya está ocurriendo algún incendio o suceso que lo produce, y esto nos da tiempo para desalojar el inmueble o tomar medidas para contrarrestar el incendio. El detector de humo no predice el incendio, lo detecta y avisa…
Hace muchos años, estudiando en EU, en la escuela de Geología, había un seminario los viernes y después del evento, un barril de cerveza. Un colega colombiano y un servidor, después del seminario nos fuimos a trabajar a la sala de cómputo, aprovechando que estaba vacía. Tiempo después llegó el administrador del centro de cómputo, un tipo extremadamente alto y un poco más que contento después de apoyar a vaciar el barril de cerveza. Con su cigarro en mano, él decidió probar si funcionaba el detector de humo. ¡Por supuesto que funcionó! Una alarma potente se habilitó, mi amigo y yo seguimos trabajando, pues sabíamos que era un falso alertamiento. En menos de dos minutos, los bomberos llegaron, checaron un tablero de alarmas y entraron de forma violenta al cuarto de cómputo, en donde nos encontraron con cara de susto. Supusieron que nosotros extranjeros, éramos responsables del falso alertamiento, hasta que llegó, el verdadero responsable a disculparse con los muy molestos servidores públicos. Por cierto, Amazon vende detectores de humo, que se conectan vía Wi Fi a un teléfono inteligente para avisar, con un costo de $299. Las alertas tempranas no son juguetes y sí salvan vidas.
México es uno de los muy pocos países con sistemas de alerta temprana en caso de sismos importantes. Este sistema de más de 25 años en nuestro país ya es un referente mundial. El sistema se habilita después de la ocurrencia de un sismo importante (mayor a M5.5 hasta a 350 Km de distancia y mayores a M6 para distancias de más de 350 Km) y nos proporciona hasta 50 segundos de aviso, en donde podemos replegarnos o resguardarnos antes que lleguen las ondas sísmicas. Para el sismo del 7 de septiembre del 2017, se tuvieron 100 segundos en la CdMX, antes de que llegaran las ondas sísmicas. El sistema que inicialmente cubría sólo de Acapulco a Ixtapa-Zihuatanejo, en el presente tiene una cobertura más amplia en el centro-sur de México. Ahora, cada que suena la Alerta Sísmica, a través de unos altavoces, distribuidos por toda la CdMX y otras ciudades, todos reaccionamos.
Hay muchos sistemas de alertamiento, por ejemplo, las puertas del Metro, antes de cerrarse, son precedidas por una discreta alarma, otras más sofisticadas y que llamamos avisos, serían los que se dan en el aeropuerto indicando que nuestro vuelo está abordando y que pronto cerrarán las puertas. Hasta los avisos por correo electrónico del SAT, sobre el pago de impuestos, son alertas tempranas para evitar enfrentar a “Lolita”.
Recientemente, nuestro país, y en particular la zona de Acapulco en Guerrero fue puesta a prueba por un evento poderosísimo, Otis un huracán que tocó tierra con Categoría 5, con vientos de hasta 328 Km por hora, velocidades que difícilmente alcanzan los autos de la Fórmula 1, como el del Checo Pérez. Otis impulsó estos vientos contra Guerrero por varias horas destruyendo todo aquello que le oponía resistencia. Por ejemplo, las palmeras, aunque perdieron sus ramas, la mayoría de ellas quedó en pie, lo que nos sugiere que hay que evitar oponer resistencia a estos vientos, lo mismo que pasa con las olas de un tsunami, y también con la parte estructural de los edificios, sólo la que se opone directamente al paso del viento, como ventanales, y plafones, fueron arrasados.
Otis, no es el primer huracán con tal fuerza que impacta territorio mexicano, Wilma en 2005, impactó el 22 de octubre a Cozumel y Cancún con una categoría entre 4 y 5, con vientos de 225 Km x H, generando daños importantes, que fueron reparados para poder recibir al turismo en diciembre de ese año. El huracán Odile, que afectó a Los Cabos y la Península de Baja California en septiembre de 2014, alcanzando vientos de 220 Km por hora, dejando un daño por US$1.22 mil millones. En su paso Odile, generó alerta roja en algunos municipios de Sinaloa y luego en Hermosillo. Posteriormente llegó el huracán Patricia en 2015, con una categoría que creció de 1 a 5, en menos de 20 horas. Muchas acciones fueron tomadas de carácter preventivo, se enviaron militares, marinos, gente de CFE y de Telmex, cerca de la zona de impacto, para actuar de inmediato. Se invitó a la gente a protegerse en albergues o a salir de la zona de impacto. Incluso se decidió antes del impacto del huracán, cortar los cables de alta tensión para evitar que, con su oscilación por el viento, tiraran las torres. Esto facilitó que, en tres días, la energía eléctrica fuera totalmente reestablecida. También, antes de que llegara Patricia, se decidió abastecer todas las tiendas, para que la gente pudiera comprar suministros y para evitar posteriormente el vandalismo, y funcionó.
En estos tres huracanes, Wilma, Odile y Patricia, su usó el SIAT-CT, que es el Sistema de Alerta Temprano de Ciclones Tropicales, mecanismo que, con base a la velocidad de los vientos y categoría del huracán, más el tiempo estimado para tocar tierra, permite establecer 5 niveles de alertamiento y acciones requeridas para autoridades y población. Estos alertamientos van desde el azul, el más bajo, que indica peligro mínimo y solo aviso de alertamiento, hasta Alerta Roja, peligro máximo, y requiere de poner en resguardo total a la población, cancelando cualquier actividad y manteniendo a los consejos municipales y estatales de protección civil al igual que las instancias de coordinación y comunicación.
La pregunta obligada es ¿Qué pasó con el SIAT-CT en el caso del huracán Otis? De quien es la responsabilidad del alertamiento, claramente de los especialistas, autoridades y también de la población. Con la experiencia que ha tenido el estado de Guerrero en el pasado, por ejemplo, cuando la tormenta tropical Manuel se estacionó frente a la costa del estado, provocando una gran cantidad de lluvia que generó un desastre, era suficiente para que el lunes 23 de octubre del 2023 por la mañana se detonaran alertas sobre el sistema que potencialmente se convertiría en el huracán Otis. Así fue, el martes por la mañana como huracán categoría 1, Otis tomó 9 horas, para llegar a categoría 5, sí fue rápido, pero se podía anticipar y tomar, sobre todo, medidas de prevención. Que los turistas pudieran dejar el puerto y que los habitantes, pudieran resguardarse en albergues.
En nuestro país ocurrirán sismos importantes y también huracanes poderosos, eso es normal y natural. Lo que no debe ocurrir es que estos fenómenos de origen natural se conviertan en desastres porque no los anticipamos y porque no tomamos las medidas adecuadas de manera preventiva. Acapulco se recuperará, y esperemos que lo haga mucho mejor de cómo ya estaba, para enfrentar a los fenómenos que vengan.
Prevenir, salva vidas.
Carlos Miguel Valdés González