Revista Personae

BERNARDO BARRANCO

Crítico del poder religioso

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Las relaciones Iglesia-Estado suelen ser complicadas. México desde la época de Juárez presume tener cimentada su separación en lo político y en lo jurídico, no obstante, Bernardo Barranco -uno de los principales especialistas en el tema- afirma que esto está en peligro, como lo dice el título de su último libro, AMLO y la religión: El estado laico bajo amenaza.

 

Bernardo Barranco

 

Señala que no escribió este libro (en coautoría con Roberto Blancarte) para atacar al presidente, ya que el objetivo es otro: “Advertir a la sociedad de que mezclar lo religioso y lo político, así como los principios morales de cada religión con las tareas de gobernabilidad, conlleva riesgos”.

“El abrir las puertas a las iglesias a políticas públicas implica que las iglesias quieran decirnos, al conjunto de la sociedad, sus ‘grandes verdades absolutas’ y esto contraviene más de un siglo en el que el país ha sabido distinguir entre lo político y lo religioso. Si bien, es imposible detener la interacción permanente, sí hay una contención de tipo jurídico que se llama laicidad que impide que, de manera grotesca digamos salvaje, las iglesias intenten imponer al resto de la sociedad sus convicciones”, advierte.

 

Glosa: “Andrés Manuel López Obrador le ha abierto el espacio a evangélicos: Desde antes de ganar a presidencia, en el proceso electoral del 18, hizo una alianza con el Partido Encuentro Social, donde está un connotado evangélico que se llama Hugo Éric Flores y, posteriormente, cuando asume el poder se acerca mucho a una organización que se llama CONFRATERNICE (Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas), dirigida o presidirá por Arturo Farela, un pastor. Esto causó mucho desconcierto, y es que la relación que están teniendo es utilitaria, es decir, Andrés Manuel López Obrador ha prometido darles medios de comunicación a las iglesias, incorporarlas a programas sociales diversos, y también está el tema de la distribución de la cartilla moral”.

“Siete mil jóvenes de iglesias evangélicas están siendo apoyados por los programas de Jóvenes Construyendo el Futuro. Las iglesias apoyan el tema de migración. Arturo Fabela promete que cada uno de sus templos pueda ser convertido en una sucursal de este banco que reparta recursos a los pobres ¿no? El umbral que se tenía como intacto en términos de principios (laicos) ha sido ya rebasado”, ilustra.

 

El tema, nos dice, ha incomodado incluso a la alta jerarquía católica mexicana: “La propia Iglesia Católica cuestiona esta cercanía con las iglesias evangélicas y, en junio del año pasado, demandó al Estado mexicano a tener una postura laica. Eso es algo inaudito, que la Iglesia le pida comportamiento laico al Estado mexicano, fue algo muy novedoso”.

 

Refuta que sea una venganza por la cercanía de altos jerarcas católicos con adversarios políticos: “Vengarse en política resulta poco sutil o redituable. Hay una tendencia en América Latina donde las iglesias evangélicas se han ido politizando y ganando espacios importantes, tienen bancadas evangélicas, presidentes evangélicos, el más importante es Bolsonaro en Brasil, más bien, es el tipo de momento que vivimos. Hay una gran distancia de una clase política que se ha alejado de la sociedad, y las iglesias evangélicas ante contextos sociales más cerrados, ofrecen una cantidad de votos disciplinados de sus fieles, lo cual les ha hecho ganar muchos espacios. Su discurso es de sanación, así como muchas de esas iglesias pentecostales evangélicas sanan tocando o hablando lenguas extrañas o hacen la participación del espíritu para que inválidos caminen, que ciegos vean, gente adquiera nuevamente su salud, lo mismo plantean en la sociedad, ‘la sociedad esta corrompida, está marcada por la impunidad y una gran corrupción de la clase política y solamente a través de los principios cristianos de Dios esta situación de alarma se puede corregir’. Ese ha sido el discurso de muchos pastores evangélicos, que los llevó casi al triunfo en Costa Rica y fue el discurso que utilizó Jimmy Morales en Guatemala en el periodo que acaba de terminar. Lo que estamos viendo, más que vendettas, es una actitud pragmática, utilitaria, tanto de los políticos como de las propias iglesias”.

 

“Uno se extraña frente a un gobierno que se dice de izquierda y que resulta que ha hecho de lo religioso un activo político como ningún otro, ha ido más lejos que el PAN en materia de vincularse con lo religioso. Otra paradoja, es la cuestión del juarismo, pues omite o silencia el tema de la histórica de la separación Iglesia-Estado”, indica el también conductor del programa Lo sacro y lo profano de Canal Once.

 

Bernardo Barranco

 

Le comento que esto también va a contracorriente de los derechos de las mujeres, pues impone la visión bíblica, la cual, desde mi punto de vista, es misógina, ante ello, el especialista precisa: “Más que la Biblia, son las lecturas de la Biblia, es la hermenéutica con la que se utiliza. Pongo un ejemplo, Jesús es soltero ¿no?, por lo tanto, ahí se funda la justificación del celibato, pero nuevas investigaciones bíblicas, utilizando los mismos textos e historias alternas, incluso evangelios apócrifos, nos muestran que Jesús tuvo una relación amorosa con María Magdalena, María Magdala. El feminismo teológico está haciendo una reinterpretación muy fuerte porque durante siglos la Biblia fue leída por varones misóginos”.

“Pero, efectivamente, predomina una lectura de una masculinidad sagrada, de un patriarcado, por lo que las mujeres tienen un debate muy fuerte con la iglesia católica y me refiero a las monjas, a las religiosas. La mayor parte de la feligresía está compuesta por mujeres, en los lugares de misión las monjas llevan la vanguardia; en las parroquias son las que soportan las estructura; sin embargo, son vistas como ciudadanas de segunda y para tareas secundarias, esto ya no es una cuestión bíblica. Pero esto ha ido cambiando, porque una sociedad donde la mujer cada vez más tiene poder, presencia, fuerza jurídica, económica e intelectual, la iglesia no puede quedarse atrás. Hay una cuestión de irreversibilidad que la iglesia aún no ha sabido manejar y aún está pendiente, que puedan ser consideradas para ser sacerdotisas como lo hay en otras iglesias que han dado el paso”.

 

Si bien, aclara que entre las iglesias evangélicas hay todo un mosaico y algunas sí reivindican a la mujer, al referirse a las cercanas al actual gobierno, acota: “Son conservadoras y muchas teocráticas donde empatan con la ultraderecha católica que plantean que la mujer tiene que regresar a su casa que debe tener un rol de vocación, están en contra de los homosexuales, de los matrimonios igualitarios, de la utilización de la biotecnología, de la muerte digna. Son iglesias muy dogmáticas y muy peligrosas, ese es el riesgo”.

 

Expone su postura política: “No estoy contra la Cuarta Transformación ni contra Andrés Manuel López Obrador, estoy en la defensa del Estado Laico y requiere definición. Entonces, en el ámbito de mi competencia es donde soy crítico de ciertas posturas políticas que han asumido. Debo decirte que muchos altos dirigentes, tanto del gobierno como del partido de Morena me han llamado para felicitarme por mi libro. Eso significa: 1) No se atreven a debatir las posturas del presidente; 2) Morena también es un conglomerado diverso, vasto, donde no hay una sola postura, donde a pesar de que el presidente pudiera tener una postura, en materia religiosa, esta no es totalmente compartida en la militancia y en los sectores de gobierno que lo acompañan. Me han dicho tú te atreves a decir cosas que nosotros no podemos hacer”.

 

Bernardo Barranco también ha sido crítico de gobiernos anteriores y de la alta jerarquía católica, férreo defensor de la laicidad, concepto que considera vigente en el siglo XXI: “No porque sean conceptos viejos tenemos que desecharlos, lo importante es la capacidad de cómo los vamos recreando, son herramientas y eso me parece importante”.

POLÍTICA

Núm. 292 – Marzo 2024