Revista Personae

DEPREDADOR DE HIDROCARBUROS

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El imperio está en una profunda crisis, a grado tal que aflora la expresión más primitiva del capitalismo salvaje con la amenaza de depredar hasta lo que no esté a su paso en aras de recuperar y establecer su posición de dominio pleno sobre el planeta. Esta locura del capital coloca a las economías subdesarrolladas, y al mundo mismo, al borde del colapso, puesto que la pretendida redención imperialista va por la total concentración y acumulación de la riqueza que se genera mediante la explotación de los recursos naturales, fundamentalmente el petróleo. Cuatro años es corto tiempo para lograrlo.

Pero lo dijo claro y fuerte Donald Trump, en su discurso de toma de posesión como presidente de los Estados Unidos (20-enero-2025) por segunda ocasión, en que declaró una emergencia energética nacional:

“A partir de este momento, la decadencia de Estados Unidos ha terminado (…) La ambición es el alma de una gran nación y, en este momento, nuestra nación es más ambiciosa que cualquier otra (…) y tenemos algo que ninguna otra nación manufacturera tendrá jamás: la mayor cantidad de petróleo y gas de cualquier país del planeta, y vamos a utilizarlo (…) Bajaremos los precios, volveremos a llenar nuestras reservas estratégicas hasta arriba y exportaremos energía estadounidense a todo el mundo. Estados Unidos reclamará el lugar que le corresponde como la nación más grande, más poderosa y respetada de la tierra, inspirando el asombro y la admiración del mundo entero. Volveremos a ser una nación rica, y es ese oro líquido bajo nuestros pies el que ayudará a hacerlo”.

 

Depredador de hidrocarburos

 

Es claro que el imperio va por los hidrocarburos de propios y extraños, y que empezará por exprimir los yacimientos de los países más débiles que pueda “doblar” con mayor facilidad mediante medidas económicas, comerciales y alguna otra artimaña como terrorismo, migración y narcotráfico: México en primer lugar -porque eso de que tiene más petróleo que cualquier otra nación, pues las estadísticas dicen lo contrario-. En el World Factbook’ 2024, (El Libro de Datos del Mundo) se precisa que los países con las mayores reservas de petróleo son: Venezuela: 303,200 millones de barriles (mb), Arabia Saudita: 267,200 mb, Irán: 208,600 mb, Irak: 145,000 mb, Emiratos Árabes Unidos: 113,000 mb, Kuwait: 101,500 mb, Rusia: 80,000 mb y Estados Unidos: 55,200 mb.

 

Maestro del caos y la mentira, Trump bombardeó en su discurso tirano con sanciones económicas, medidas restrictivas violatoria de los derechos humanos y advertencias de utilizar sus fuerzas armadas en contra de aquellos que se opongan o representen un obstáculo para cumplir lo prometido “al pueblo estadounidense”. Así, concentró la atención de los gobiernos, la opinión pública y la sociedad global y mostrar que va en serio, de entrada, aplicó aranceles de 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio (10-feb-2025) provengan de donde provengan hacia los Estados Unidos.

 

Sus socios comerciales y proveedores de petróleo recibieron la noticia con algo más que preocupación, pues fue el primer misil disparado para desatar una guerra comercial. Y en esos vientos flota otra promesa ¿Amenaza?: “volveremos a construir el ejército más fuerte que el mundo haya visto jamás. Mediremos nuestro éxito no solo por las batallas que ganemos, sino también por las guerras que terminemos, y quizás lo más importante, las guerras en las que nunca nos metamos”.

 

Y va por el petróleo porque es el negocio más jugoso del mundo moderno, además de ser el sector productivo que tiene la mayor infraestructura creada e instalada en todo el planeta con una cuota de plusvalía de muy amplio margen: por ejemplo, mientras los precios por barril de crudo (OPEP) están alrededor de 78.31 dólares (y han llegado a rebasar los cien dólares) en México producir un barril del hidrocarburo cuesta 9.9 dólares, en Arabia Saudita diez dólares, contra 28 dólares en Estados Unidos y Canadá. Además de ser combustible fósil el principal generador de energía, 85 por ciento de ésta a nivel global. Sin petróleo quedaría paralizado el mundo.

 

Razón suficiente para que Trump vaya por el dominio pleno de este combustible y es por la buena o es por la mala, pero los países productores tendrán que entregar su petróleo a los Estados Unidos, aunque por el momento el discurso del jefe de la Casa Blanca hable de riqueza en abstracto, recuperada mediante el cobro de impuestos. Y esto, en el decir del gobierno mexicano se ve con mesura y desdén, cuando menos eso es lo que deja ver la presidencia de la República, a la que parece no preocuparle en lo mínimo los lances y medidas anunciadas por Washington.

 

Depredador de hidrocarburos

 

Pero detrás de los telones de este teatro del terror, donde la puesta en escena es que el gobierno estadounidense tiene amenazado y maniatado a su homólogo mexicano con la expulsión de los migrantes, la aplicación de aranceles y la intervención para combatir el narcotráfico por terrorista, como un artifició para doblegar y saquear a México; está esa ambición de Estados Unidos de llevarse las riquezas energéticas que en cifras gruesas se dice que son 23,146 millones de barriles de reservas, de las que 8,383 son probadas; 7,147 probables; 7,617 posibles, y de recursos prospectivos se habla de 112,900 millones de barriles, de los que 24,000 millones estarían en aguas profundas ¡Exacto! En el Golfo que ahora Trump bautizó de América.

 

Y aunque pareciera poco el hidrocarburo mexicano frente a las potencias petrolíferas y la demanda mundial que para 2025 será de 105.7 millones de barriles diarios, el valor intrínseco de éste es que de él depende la economía del país y si tienes el petróleo, tienes la nación completa, con todas sus riquezas, recursos naturales y mano de obra barata.

 

La bestia está sedienta de petróleo zabullida en la locura que provoca el miedo a la debacle, por eso las tarascadas llevan rabia demencial. Y en México las respuestas posibles a tal afrenta y peligro reposan en laureles patrioteros de la demagogia discursiva y de voz doctoral.

POLÍTICA

Núm. 304 – Marzo 2025