Revista Personae

DEPREDADOR DEL ALMA

Primera parte 

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Hay miradas que esconden una profunda tristeza y decepción como resultado de involucrarse emocionalmente con una persona con rasgos psicopáticos. Normalmente la víctima se desconecta del presente para atormentarse por lo que ya pasó, recriminarse y preguntarse ¿por qué no se dio cuenta de los focos rojos que le advertían del peligro que estaba latente? El daño que deja este tipo de relación tóxica se manifiesta en la salud mental y emocional de la persona afectada: depresión, baja autoestima, paranoia, ansiedad acompañada de culpa y vergüenza. Al tomar conciencia de todo lo que ha perdido, queda muy vulnerable y debilitada física y emocionalmente. 

 

Esta es la fotografía interior de cómo se puede sentir la persona agredida que estuvo en una mala relación, abrazada de un vampiro energético/psicópata que fue su ofensor, lo que en salud mental se conoce como psicopatía funcional. (Trastorno de la personalidad). Aparentemente este individuo se desempeña bien socialmente y posee la habilidad de desarrollar un alto nivel de capacidad de seducción para atraer a su víctima. La hace creer que tiene un buen corazón, da muestras de ser bondadoso y solidario, pero en el fondo esconde una personalidad negativa y su estrategia para conquistar a su presa pasa por varias fases hasta que se quita la máscara y muestra su verdadera esencia. (“Depredador del alma”). Es difícil detectarlo a tiempo ya que tiene la habilidad de manipular. Dispone de facilidad de palabra/encanto superficial y puede llegar a confundir a psiquiatras y psicólogos dado su alto nivel de conducta de control y mentira patológica, ya que moldea su comportamiento como si fuera un gran actor del engaño. Cabe señalar, que los rasgos del espectro de personalidad de la psicopatía son mucho más amplios.

 

Depredador del Alma

 

En el inicio de la relación se presenta, encantador, capaz de satisfacer hasta el más mínimo deseo. No obstante, si se le observa bajo la lupa, podrán aparecer señales que van mostrando su verdadera personalidad: narcisismo, comportamiento egocéntrico, nula empatía, necesidad de poder, impulsividad, manipulación, mitomanía y egoísmo exacerbado.

 

Es importante resaltar que la psicopatía se da en ambos sexos, aunque en el caso de las mujeres difieren las manifestaciones de conducta. Ahora bien, en el presente artículo nos vamos a centrar en el psicópata integral masculino. 

 

Depredador del Alma

 

Relación con un psicópata

1.-La víctima es presa del “depredador del alma”. 

2.-Idealiza la etapa del enamoramiento.

3.-Focos rojos en la relación que los deja pasar.

4.-Malos tratos que perdona pensando que el psicópata puede cambiar.

5.-Maltrato en sus diferentes vertientes. (Psicológico, físico, sexual, bullying y económico).

6.-En algunos casos la víctima padece el síndrome de Estocolmo.

7.-Se siente atrapada en un laberinto emocional.

9.-Decide sobrevivir al verdugo por mantener la relación.

10.-Secuelas emocionales. 

 

La víctima presenta una reacción psicológica lo que se conoce como disonancia cognitiva, se encuentra vulnerable y por esa razón decide permanecer y no puede tomar la decisión de alejarse al carecer de criterio y discernimiento. A través de la manipulación está a merced del psicópata en un entrampamiento afectivo. 

 

Signos de una relación tóxica. 

1.- Dependencia emocional.

2.- Necesidad de aprobación.

3.- Inestabilidad en la relación. 

4.- Insultos y humillación. 

  

A continuación, vamos a plantear las diferentes características que indican que se puede estar ante una persona que coincide con el perfil del psicópata.

 

Primera fase: Enamoramiento

Es interesante cómo se construye este tipo de relación tóxica con base al deseo destructivo de la psicopatía funcional del agresor. Lo que proyecta este personaje es un marcado dominio perverso, ya que tiene la capacidad de engañar fácilmente a su víctima por el alto grado de manipulación que ostenta. Emplea diferentes tácticas, entre ellas, su aptitud de seducción al mostrarse encantador. Utiliza también el sexo como parte de su ritual de conquista e induce a una especie de trance para que se sienta complacida. De esta manera, engatusa a la víctima hasta poder controlarla.

 

Aunado a lo anterior, manifiesta intensidad en las atenciones: bombardeo amoroso, llamadas telefónicas, mensajes constantes, regalos, veladas, halagos y detalles. El psicópata difícilmente tendría la creatividad para escribir poemas o frases que sean de su autoría; copia algún escrito y se lo envía a su prospecto. La víctima está convencida que nadie la había hecho sentir como si estuviera en el paraíso y agradece que el individuo tóxico esté en su vida satisfaciendo sus necesidades. Se desconecta de la realidad ya que su mente se encuentra hipnotizada y anestesiada para darse cuenta de que la realidad es muy diferente a lo que percibe y vive en un hermoso sueño del cuál no desea despertar. 

 

La comunicación que establece la personalidad psicopática se basa en frases como: “Eres mi alma gemela, mi media naranja. Te amo como nunca había amado a otra persona. Eres mi todo, el amor de mi vida”. La hace sentir hermosa, especial, sabe que está empezando a cazar a su presa y cada conquista representa un trofeo y él es un coleccionista de recompensas. Utiliza todo tipo de estrategias de manipulación para lograr su propósito, ya que su objetivo es enamorar a su candidata, seducirla y envolverla en los brazos del pulpo controlador. En esta fase la confianza con su verdugo crece, sin imaginar que es algo planificado para lograr sus bajos instintos. En este instante la persona idealiza al agresor, se inclina a creer ciegamente todo lo que le dice.

 

Depredador del Alma

 

Ahora bien, en esta etapa de la relación el agresor trae puesta una máscara y le hace pensar que son uno solo y que su alma gemela por fin apareció, al simular que es, su otro yo. Por su parte, ella se siente identificada, comprendida y cada vez más atraída al suponer que tiene a su lado a su alma mimetizada. (Eleva a la mujer a lo más alto, la pone en un pedestal y le sube el ego. Comenta constantemente que es especial y maravillosa, comparada con todas las demás personas).

 

El siguiente paso: Es introducirse en el círculo social y familiar de manera hábil, se hace amigo de los familiares y amistades de su conquista. Mostrando una personalidad impecable, analiza el comportamiento humano y les dice a las personas lo que quieren escuchar. Las amistades le dan el visto bueno y expresan buenos comentarios del psicópata.

 

Cabe señalar que el espectro de los rasgos de personalidad narcisista quiere todo muy rápido y hace propuestas impulsivas. La convence de vivir juntos, normalmente evade hablar de casamiento y si lo hace, es para tratar de persuadir que le apuesta a algo serio y formal. Asimismo, fabrica la situación para que ella decida que lo mejor es que vivan juntos, sin que se dé el tiempo de conocerlo bien. Es especialista en utilizar los hechos consumados, hace las cosas desde su nivel de interés e impone sus deseos. No le da tiempo a la víctima a reaccionar, cuando se da cuenta, ya le abrió la puerta de su casa y no se imagina que va a estar viviendo con el enemigo. (Compartir la vida con alguien tóxico se convierte en un muerto viviente).

 

Por esa razón, se recomienda que las personas no se guíen por la primera impresión, deben conocer bien con quién se relacionan y analizar con la cabeza fría antes de tomar decisiones precipitadas para no correr el riesgo de involucrarse con un individuo muy peligroso que puede ser un psicópata. También es importante cuidar los sentimientos y apegos para no caer en las redes de un hombre cruel. 

 

Psicoterapeuta Raquel Estrada

racheles_03@outlook.com

55-55035476

SALUD

Núm. 300 – Noviembre 2024