Revista Personae

POLOS EXTRAVIADOS PARA LOS GUARDIANES DEL CAPITAL

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Algo que les preocupa a los voceros y ejecutores del capitalismo, es la metamorfosis propia del sistema capitalista imposibilitada para controlar de manera definitiva los demonios creados para mantenerse vigente. Incapaces de inferir en las estructuras del capital mundial para detener y deshacerse de las constantes crisis económicas, políticas y sociales, generadas por la esencia misma de la cuota de plusvalía, que obtiene de un mercado cada vez más conflictuado por la extrapolación entre riqueza y pobreza mundial, hoy hacen un llamado desesperado para que el mundo pugne por la igualdad productiva de las naciones, no por que se termine con la explotación irracional de los recursos naturales y mucho menos con la de los seres humanos en los procesos productivos.

 

Hablan de igualdad de oportunidades y reducir la brecha de los ingresos entre el piso y techo de las percepciones de las personas, y la distancia cada vez mayor que ello, dicen, ha generado entre los países pobres con los ricos, sobre todo después de dos años de pandemia por la Covid-19.

 

Polos extraviados para los guardianes del capital

 

En este corto periodo las riquezas de las empresas multinacionales de tecnologías digitales e inteligencia artificial crecieron a los niveles que no pudieron alcanzar desde que inició la era de la cuarta revolución industrial. Las más importantes, como Amazon, Facebook y Google, prácticamente duplicaron su capital en ese breve tiempo.

 

Recientemente, la OCDE ha dicho que “para una recuperación de la crisis de la COVID-19, fuerte, sostenible, pero también justa, será clave abordar las desigualdades y promover la igualdad de oportunidades. Sin embargo, si bien existe un creciente consenso de que la desigualdad es un problema, las personas están cada vez más divididas sobre su alcance y quehacer al respecto, según un nuevo informe de la OCDE”.

 

En su análisis el organismo internacional centra el fenómeno de los extremos entre pobreza y riqueza en la percepción de las personas con base en las encuestas que sobre el tema ha realizado en los países miembros que la integran, lo cual forma un velo sobre la realidad de la problemática. Si bien la percepción de la sociedad es un factor importante para explicar la realidad, también es cierto que, en temas fundamentales para explicar la generación y concentración de la riqueza, con su consecuencia intrínseca que es el crecimiento de la pobreza, la masa social no cuenta con la información y los elementos básicos para explicar el fenómeno.

 

En el informe de la OCDE esto queda claro cuando dice que “la mayoría de la gente está preocupada por la desigualdad. Cuatro de cada cinco personas (…) sienten que las disparidades de ingresos son demasiado grandes en su país. Las personas se preocupan por la desigualdad tanto de resultados como de oportunidades, ya que perciben altas disparidades de ingresos e ingresos, así como una baja movilidad social. Además, la preocupación por las disparidades de ingresos y ganancias ha aumentado en las últimas tres décadas, en línea con el aumento de la desigualdad de ingresos”.

 

Polos extraviados para los guardianes del capital

 

Pero esa parte de la sociedad a la que tomaron su opinión sobre este tópico dio su respuesta condicionada a una percepción inmediata de lo que observa y vive en el día a día de que su ingreso cada vez puede comprar menos mercancías, y esto lo ve en el círculo en el que se desenvuelve de manera directa, mientras que, al asomarse a la cotidianeidad del siguiente nivel social, ya sea más elevado o bajo, nota las diferencias que hay entre uno y otro con el suyo mismo.

 

Queda a la zaga, para el ciudadano común, lo que en sus investigaciones la OCDE, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional dicen reconocer y publican en sus comunicados mundiales sobre el tema y han dado por llamar “sombras oscuras”, al referirse a la desigualdad y puntualizan que “desde 1980 1% más rico de la población a escala mundial ha capturado el doble de beneficios del crecimiento que 50% inferior (los pobres)”.

 

¿Pero cómo se generó esa distancia socioeconómica? La respuesta la atribuyen a las políticas públicas de los gobiernos, a la actitud individual de las personas de no querer progresar, al cambio climático, al calentamiento global, a fallas en la aplicación de las tecnologías, pero nunca a la esencia misma del capitalismo, que todo lo anterior es producto de un sistema de explotación para obtener la mayor ganancia en el intercambio de mercancías y que esto se expresa (logra) en el mercado.

 

Polos extraviados para los guardianes del capital

 

Y ese sistema evoluciona y se adapta a la circunstancia que el propio capital necesita para mantener su vigencia y dominio: un día el mercado impulsa el consumo de una mercancía por interés de una empresa en particular, y al día siguiente la aniquila por que otra más poderosa, con mayor inversión, posiciona su producto.

El objetivo de esa lucha es el poder de dominio del mercado; poder de concentración de riqueza totalmente deshumanizada, los seres humanos son sólo otra mercancía que consume y transforma otras mercancías en el proceso de producción del capital.

Pero los organismos internacionales creados por el capital hoy simplifican el problema de la desigualdad de oportunidades, vaya concepto, a decisiones individuales de la sociedad. Cada vez tienen menos argumentos e inventan conceptos para ocultar la crisis del capitalismo.

POLÍTICA

Núm. 300 – Noviembre 2024